Capitulo treinta y cuatro

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Dos semanas es lo que habíamos tenido de paz, dos semanas en las que no recibimos visita alguna de una trabajadora social

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Dos semanas es lo que habíamos tenido de paz, dos semanas en las que no recibimos visita alguna de una trabajadora social.

Chad había sido mi apoyo en todo el trámite legal, ahora era ciudadana de UK, estaba casada y formalmente me convertiría en la madre de Zac, por lo menos su madre adoptiva.

JJ y yo habíamos decidido que se mudara de poco en poco para no alterar a Zac, después del suceso había muchos cambios en su vida. Por el momento algunas noches dormía en el sofá de la sala, por lo menos hasta que encontráramos algún lugar más amplio donde JJ tuviera su propia habitación, eso sucederá hasta nuestro regreso en unos meses.

Habíamos hablado con Darren para que autorizara que Zac nos acompañara, agosto había terminado y debíamos dar una respuesta. El trámite estaba en marcha.

Y la boda ¿Que sucedió?

Ese mismo día habíamos recibido una llamada de la secretaria del juez, debido a una audiencia importante debíamos adelantar todo a una hora antes, al salir lo vi, Joseph estaba de pie mirando a nuestra dirección pero igual a lo lejos la vi a ella caminando en su dirección, seguro iban hacer su trámite para casarse como ella lo había dicho.

Habían sido dos semanas en las que ni de casualidad me había topado con él, si estaba en la ciudad mandaba a Wesley para poder ver a Zac.

Pronto sería el cumpleaños de Anne, estaba invitada junto a mi ahora esposo, ella estaba enterada de todo, sabía que era un matrimonio para mantener a Zac con nosotros, al menos hasta que encontráramos otra alternativa.

—No creo que sea lo más conveniente Anne.

—Tienes que hablar con él.

—¿Joseph sabe que me he casado?

—Lo sabe—asiente mientras toma mi mano—Al menos háganlo por Zac.

—Lo intentaré Anne.

—Solo... aún no vengas con este chico ¿Cómo dices que se llama?

Rio un poco. —James.

—James —repite y asiente.

—Es injusto Anne, Joseph si se puede pasear con Genevive por las calles de Italia y yo soy la que debe esconderse... no hice nada malo.

—No es eso querida—suspira —Tú no eres igual.

Hago una mueca y mira su mano acariciando el dorso de la mía, sonrió recordando a la madre de Dylan, la madre de con quien no puedo estar es con quien mejor me llevo.

—Haré lo posible Anne, pero ten por seguro que Zac estará aquí.

Un par de días después estaba frente a su casa dejando a Zac, debíamos ir a una junta importante por lo del proyecto de la agencia por lo cual tendríamos que ausentarnos hasta más tarde.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora