Siento los labios de Joe sobre la piel de mi cuello mientras mis manos revuelven los rulos de su cabello, ambos estamos sobre mi cama después de que sus amigos salieran del departamento, me renuevo un poco debajo de él.
—No sabes cuánto te extrañé— murmura sobre mi cuello.
Tomo su rostro con mis manos llevándolo de regreso hacia mis labios, siento el desespero en ellos, el movimiento es rápido y rudo, succiona mi labio inferior dejando una leve mordida ocasionando una sonrisa en mi.
—Quiero que me hagas tuya, Joe.
Se separa un poco de mi para regalarme una sonrisa mientras su mano se pasa debajo de la blusa y masajear uno de mis pechos ocasionando un leve jadeo de mi parte.
—Si quieres que me detenga solo dilo ¿De acuerdo?
Asiento pero el levanta una ceja.
—Usa tus palabras, cariño.
—De acuerdo.
Nos comenzamos a besar de nuevo mientras masajea cada uno de mis pechos debajo la tela de mi sostén. Hace leves presiones de su pelvis contra la mía provocando el rose te nuestras zonas íntimas. Las costuras de su pantalón de mezclilla hacen especial esa presión sobre mi zona.
Deja besos a lo largo de mi cuello, sobre mis hombros y ya que le está comenzando a estorbar mi ropa, empieza a deshacerse de ella. Tira de la blusa fuera de mi cuerpo dejándola caer sobre algún lugar del cuarto, aprovecho y hago lo mismo dejando su torso desnudo, dibujo con mi debo índice esa línea marcada desde entre sus pectorales hasta su ombligo, bendigo la anatomía de Joe, su espalda se marca lo suficiente sin ser exagerado, no se lo he dicho pero el hecho que su cintura sea proporcional a su hombros en definitiva me vuelve loca, me pierdo por unos momentos en esos cuadros mínimamente marcados en su abdomen.
Me hace levantar levemente mi espalda cuando mete su mando entre mi cuerpo y las sábanas, hábilmente con una mano se deshace del broche de mi sostén al mismo tiempo que besa mi clavícula, pasa su lengua por todo el hueso de la zona. Cuando cumple con su cometido arroja el sostén dejando completamente desnuda mi parte superior, las bragas y mi pantalón comienzan a sentirse incómodos, ansío que los quite de mi cuerpo para sentir su piel ardiente contra la mía.
Cuela una de sus benditas manos debajo e mi ropa interior mientras succiona uno de mis pechos, uno de sus largos dedos comienza a trazar círculos sobre aquella terminación de nervios que envía descargas de placer a todo mis sistema.
—¿Y toda esta humedad? ¿Es para mi?
—Solo tú lo provocas Joe.
Una sonora risa se pierde en mi pecho produciendo más placer ante alas vibraciones de su risa.
Pronto me convierto en un manojo de jadeos ante su toque. No tarda en bajar por mi cuerpo repartiendo besos a cada una de las donas que recorre, dejando un par de succiones que pronto se tornan rojas en mi piel. Rápidamente baja mi pantalón junto a la ropa interior dejándome completamente expuesta a él.
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Contigo siempre Joseph Quinn
RomanceÉl la promesa del año, actor reconocido. Ella una simple mortal. Él solo quiere ser tratado como un ser humano. Ella quiere un lugar seguro. Sus caminos se cruzan por azares del destino, son lo que el otro necesita. ¿Pero eso es suficiente para ma...