Capitulo treinta: Corazon roto

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Él da un paso hacia mi dirección y yo doy uno hacia atrás

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Él da un paso hacia mi dirección y yo doy uno hacia atrás.

Quiero cerrar los ojos y que todo esto resulte un estupido drama adolescente y sea solo una tonta pesadilla. Limpio bruscamente mis lágrimas cuando mi mirada se topa con los ojos de la castaña.

¿En qué momento?

Ella lo toma del brazo con mi atenta mirada y sonríe, se por completo que lo hace a propósito.

Niego, en lo absoluto puedo dejar que ella me vea vulnerable, podré tener el corazón roto, partido en decenas de trozos y mi dolor ser inmenso pero mi orgullo es más grande.

—Largo.

—Val déjame explicarte...

—No con ella aquí.

—Joe—lo llama Genevive.

—Vete Gen.

La chica lo suelta y él se da la vuelta caminando hacia su cama, Gen se detiene a mi lado con una gran sonrisa, solo unos segundos le bastan para burlarse.

—Gané. —dice y de inmediato se va.

Una vez que se va mis ojos se llenan de lagrimas de nuevo y comienzan a descender.

Joe toma asiento sobre su cama, me mira y palmea el asiento a su lado.

Niego.

—¿Qué fue eso?

—Yo... lo siento...

—Ni siquiera lo vas a negar. —mi voz se rompe.

Solo mira hacia sus manos. Se mantiene callado.

—Dime que no te acostaste con ella.

Levanta la mirada y frunce el ceño.

—Jamás te engañaría.

—Estuviste a nada de besarla, Joseph—recriminó—¿Por qué?

Vuelve a jugar con sus dedos, ahora eso parece más interesante, mira a todos los lugares posibles sin cruzarse conmigo.

Duele, su indiferencia a mi sentir, ignorar la situación, queriendo quitarle la importancia a lo sucedido.

—Ni siquiera puedes verme a los ojos—una lagrima más —¡Háblame!

—¿Qué quieres saber?

—¿Qué sucedió, Joe?

—Yo... no sé que ha pasado, yo solo no se bien que siento, Te amo —me mira por fin —juro que sí, es solo que ella siempre ha estado conmigo, incluso antes de Stranger Things... tú conoces la historia, estuvimos a punto de tener un hijo, quizá en otro universo nosotros estaríamos casados y yo sería padre.

Cada una de sus palabras son pequeñas dagas que lastiman y cortan con precisión, sabe muy bien lo que está diciendo y por ahora solo pienso en que lo que él quiere es herirme, más de lo que ya hizo.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora