Capitulo veintinueve: Sorpresa +18

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Uno, dos, tres, hasta siete días habían pasado desde la ultima vez que salimos, desde ese incómodo comentario de Genevive, no pude sacarlo de mi cabeza, todo el tiempo rondaba mis pensamientos en especial cuando veo a Joe convivir con Zac, se ven tan felices que me es imposible pensar que Joe quiere remediar sus errores con Zac.

—¿Puedo pasar la noche en casa de Anne? —me pregunta el niño sacándome de mi nube de pensamiento.

—No lo sé Zac podríamos preguntarle. —lo veo dar su último bocado y salir corriendo a lavarse los dientes.

—Seguro mamá va a estar muy feliz de tener a Zac con ella. —Joe habla mientras come sus cereal, me sonríe —Así tenemos tiempo para nosotros.

No puedo evitar caer ante sus sonrisa, si algo en Joe es mi mayor debilidad con seguridad diría que su sonrisa.

—Sabes que por el momento no podemos tener sexo.

—Vamos cariño, yo sé que es importante que nos cuidemos —deja su plato a un lado —Pero podemos prácticas para hacer bebés.

Sus cejas se mueven un poco haciéndome reír.

—Eres imposible Joey. —me acerco a sus labios dándole un beso.

Dentro de mi seguía rondando el pensamiento que incluso aunque practicáramos todas las noches, sería casi imposible que tuviéramos un bebé.

Por otra parte, amo a Joe, pero creo que hemos estado tanto tiempo jugando a la casita que pareciera que lo único que quiere es boda y bebés. Hemos dejado de ser esa pareja que nos había caracterizado por meses, supongo que así cambian las personas cuando deciden dar ese próximo paso en sus vidas al unirse a alguien.

Me pongo de pie para dirigirme al baño, me encuentro con Zac frente al lavabo y le sonrió.

—Val.

—¿Si?

—¿Tú quieres bebés?

—No lo sé, Zac —Lavo mis manos— ¿Por qué lo preguntas?

—Porque los he escuchado hablar de bebés. —el rubio agacha su cabeza y estruja mi corazón. —Y tal vez ya no me quieran a mi.

Me acerco a él y tomo sus hombros.

—Cariño, jamás te voy a dejar de querer —lo acercó a mi y envuelve sus brazos en mi cintura —Haya bebés o no, siempre vas a ser el primero.

Beso su cabeza y nos separo regalándome una sonrisa.

—Anda, ve a despedirte de Joe.

El niño asiente y se va corriendo.

Cuando salgo Zac esta listo para salir directo al colegio, solo en unos minutos pasará el autobús por él y yo me iré al trabajo.

Todo funciona como una familia convencional, solo que de convencional no tenemos nada.

—Nos vemos en la noche. —me despido con un beso en los labios de Joe. —pasaré a la agencia para recoger mi coche y voy por Zac, hablaré con Anne para saber si puede quedarse con ella.

—Apuesto a que no se negará—mi da un beso rápido —lo quiere como a un hijo.

—Estoy segura que si.

—Te amo.

—Te amo. —le doy un último beso antes de salir.

Y tal como lo dije, esperamos unos minutos en los qué pasa el transporte de Zac, después yo me dirijo a la agencia, afortunadamente en el lugar han sido muy comprensivos y hablando con el CEO autorizó la reducción de horas para poder encargarme de Zac.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora