Lamento el inconveniente, accidentalmente se había publicado el capítulo, pero aquí está de nuevo.
1 mes después.
El proceso de adopción de Zac no había sido fácil, parecía que el gobierno no quería que mantuviera la custodia por el simple hecho de no ser residente permanente, mi visa dependía exclusivamente de mi trabajo en la agencia y ni siquiera los contactos de Chad podían hacer algo al respecto.
—¿Es posible que me lo quiten?—le pregunto.
—Tal vez, el estado no te permite adoptar a un niño británico si no tienes la ciudadanía.
—¿Pero no se dan cuenta que puedo darle la vida que necesita?
—Son cuestiones políticas Valeria.
Me cubro la cara con las manos mientras niego con la cabeza llena de frustración.
—¿Qué es lo que podemos hacer al respecto, Chad? —pregunta Joe a mi lado al tiempo que pone su mano en mi hombro intentando reconfortarme.
Nos encontramos en la cafetería preferida de Joe, aquella a la que me trajo en mi primer visita a Londres. Chad nos había citado pues tenía novedades del caso con respecto a Zac.
—No hasta que Val tenga la residencia.
—¿Y cómo puede obtener la residencia?
—Esperar cinco años de de vivir en el país no es una opción... pero hay algo más.
—¿De que hablas? —habló mientras quito mis manos del rostro.
—Podrías casarte con un ciudadano de la Unión Europea.
Me quedo callada por unos momentos y no soy la única, Joe no dice nada y Chad solo espera a la respuesta que le podamos dar. Por un momento me planteo hacer el trámite junto Joe, no creo plantearme esa idea con alguien más. Pero me detengo ante los pensamientos que quizá Joe no quiere, ya que una cosa es acompañarme ante el proceso de adopción a el formar parte del proceso, no solo yo me convertiría en madre, sino que Joe se convertiría en padre, y después de lo que sucedió con Gen no me puedo imaginar que piensa al respecto, o si quiere hacerlo en este punto de su vida.
—Encontraremos la forma, gracias Chad.
El hombre asiente. —Estamos en contacto Val, estarán visitándote en estos días.
Asiento.
Nos despedimos y Chad sale del lugar, por otro lado Joe y yo nos quedamos en silencio terminando nuestras bebidas.
Joe en algún momento se puso de pie y fue directo a la barra donde se había mantenido los últimos 10 minutos, minutos en los que unas fans lo habían reconocido, al estar del otro lado no me doy cuenta que es lo que hace, si bien solo podría estar jugando con sus dedos, o estar pasando el tiempo en su teléfono celular.
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Contigo siempre Joseph Quinn
RomanceÉl la promesa del año, actor reconocido. Ella una simple mortal. Él solo quiere ser tratado como un ser humano. Ella quiere un lugar seguro. Sus caminos se cruzan por azares del destino, son lo que el otro necesita. ¿Pero eso es suficiente para ma...