Capitulo cuarenta: James

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Cuando los coches llegaron y un sonriente Wesley junto a Hayley llegaron, ninguno mencionó nada solo dejamos nuestras maletas en nuestros respectivos carros

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Cuando los coches llegaron y un sonriente Wesley junto a Hayley llegaron, ninguno mencionó nada solo dejamos nuestras maletas en nuestros respectivos carros.

—¿Y qué tal la pasaron? —bajó del coche mientras extendía sus brazos hacia nosotros y sonreía.

Joe se acerco a él dejando un golpe en su nuca, un delicioso y sonoro zape.

—¿No funcionó? —pregunto confundido.

—Solo lograste que pasara la noche más fría de mi vida, Wesley, si me enfermo.. la factura del médico la pagarás tú. —lo señaló con el dedo, a espaldas de los chicos podía ver a Joe intentando aguantar una risa que en segundos disimulo. Palpo mis bolsillos —Mierda, mi teléfono.

Entro de nuevo a la cabaña buscando mi móvil, debería estar en el cuarto.

—Dejen de hacer planes tontos y ayúdame con los regalos de Zac... debemos llevarlos a casa de mi madre. —escucho a Joe decir desde la puerta del lugar.

Al entrar al cuarto las mantas están dobladas, la cama parecía intacta, jamás perturbada, las velas habían sido consumidas durante la noche, cerré los ojos y suspiré recordando lo sucedido hace unas horas.

Abrí de golpe los ojos y un leve brinco ante la sensación de unos brazos rodearme desde atrás.

—No quiero separarme de ti. —Susurra en mi oído.

Me doy media vuelta encarándolo, enredo mis brazos en su cuello.

—Solo dos meses.

—Solo dos meses. —confirma.

Me pongo en puntillas y lo beso suavemente, no lo prolongamos pues escuchamos los impacientes pasos de el dúo en la parte baja de la cabaña.

Me da un último beso de pico.

—Te amo.

Le sonrió— Te amo.

A la mañana siguiente Joe y yo habíamos hecho un trato, no hablaríamos sobre nuestra situación hasta estar listos, aún queríamos resolver cosas, pero a pesar de ello sabíamos que queríamos estar juntos. Nos habíamos dado un corto plazo de dos meses, él debía salir del país pues estaba grabando un nuevo proyecto para la gran productora del ratón y por mi parte aún debía terminar el proyecto de la agencia por lo que aún no residía por completo en Londres.

Bajo las escaleras y salgo de la cabaña, con la mano y un simple "nos vemos" me despido de los chicos. Subo a mi auto, lo enciendo y salgo del lugar, una tonta sonrisa esta plantada en mi rostro.

Al final las cosas se estaban alineando, al final es destino si nos quería juntos.

Unas semanas después me encontraba en Torquay, un bonito poblado en Inglaterra. En mis tiempos libres solía salir a pasear a disfrutar de la naturaleza que los distintos países me brindaban. Termine paseando por el muelle justo un lado de la bahía de Torbay.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora