Capitulo dieciséis: Bienvenida +18

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Antes de empezar con el capítulo quiero informarles que cuenta con escenas y lectura erotica, leer bajo su propia responsabilidad.

También me gustaría hacer un comentario referente a lo mismo, mi intención no es sexualizar a Joseph ni su persona, todo lo escrito aquí es ficción, Joe dentro de estas páginas es solo un personaje nacido de mi imaginación.

Disfruten la lectura.

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Ha pasado una semana desde mi llegada a Londres. ¿Cómo ha ido?

He aprendido a moverme en el metro de la ciudad, he salido un poco durante las tardes ha conocer la ciudad, he salido de compras por ropa más abrigada, conocer las tiendas donde debo comprar comida ha sido de lo más difícil, ya extraño la fantástica gastronomía mexicana.

Mamá me ha llamado todas las noches, en justificación de querer estar al pendiente de mi, ya que al vivir sola en una ciudad nueva tengo más probabilidades de terminar como víctima de un asesino serial a palabras suyas, ha visto demasiadas películas estadounidenses.

Me encuentro viviendo en una bonita zona de complejos de apartamentos a solo 20 min de mi lugar de trabajo.

Debo admitir que he tenido tantos choques culturales durante estos días, sin embargo la experiencia ha sido excepcional y definitivamente no le cambiaría nada.

He tropezado un poco con mis palabras cuando intento ordenar algo, algunas personas me miran raro, muchas otras son muy amables, descubrí que la hora del té es un mito, y el clima en Londres es impredecible por lo que siempre cargo con un lindo abrigo largo.

Descubrí una bonita tienda de arte a la que he frecuentado los últimos días, disfruto rodearme de ello, donde mi primera compra fue un block para mis bocetos y un par de lápices de dibujo y carboncillo.

Me encuentro frente al portátil sobre la barra desayunadora haciendo lectura de algunos documentos cuando el timbre del apartamento suena haciendo que mi pequeño de cuatro patas comience a ladrar, me acerco a la mirilla de la puerta sin embargo lo alcanzó a ver algo en concreto.

Abro la puerta encontrándome con un bonito ramo de Hortensia de distintos tonos de azul, la persona que lo sostiene lo hace a un lado dejando ver su rostro, automáticamente una sonrisa se dibuja en mi rostro, no me toma mucho tiempo lanzarme de un brinco a la persona parada frente a mi, enredo mis piernas es su cuerpo y mis brazos en su cuello.

—Hola a ti también —saluda Joe mientas envuelve sus brazos en mi cintura.

Me separó un poco de él, para acariciar su mejilla con mis dedos, le sonrió al mismo tiempo que veo ese brillo en sus ojos que tanto lo identifica.

—¿Me vas a besar o lo hago yo? —pregunta afianzando aún más su agarre.

Rio mientras junto nuestros labios, al principio puede describirse como una presión de labios hasta que decido entre abrir mi boca para poder comenzar a succionar su labio superior, puedo sentir sus manos hacer presión sobre mi cintura y cadera, lo siento dar pasos hacia dentro del domicilio, una vez adentro y aún besándonos con una mano cierro la puerta. Lo siento caminar, aún conmigo trepada en su cuerpo como un mono, hasta sentarse sobre el sillón y obligándome a soltar el agarre de mis piernas.

—Eso si es un saludo —habla cuando nos separamos para tomar un respiro.

Tomo el bouquet de flores y lo acerco a mi nariz para inhalar el rico olor.

—Son mis favoritas.

—Lo sé.

—Debería ponerlas en agua. —me levante de su regazo para caminar a la cocina y tomar un jarrón que recién había comprado, acomode las Hortensias y me dispuse a regresar a la sala.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora