Capitulo diecisiete: Reunion

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Si me preguntan, los días han pasado rápido, aún me estoy adaptando a todo y Joe ha sido de muchísima ayuda

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Si me preguntan, los días han pasado rápido, aún me estoy adaptando a todo y Joe ha sido de muchísima ayuda. Con la persona que más socializo en con Joe y algunas personas del centro donde trabajo, la mayoría de ellos colegas del gremio de la salud.

Lo que respecta a Joe ha tenido un par de viajes de pocos días por lo que no nos hemos separado mucho.

Hoy es un día especial pues a pesar de que mi novio había insistido en que quería que conociera a su madre yo me rehusaba, siento que conocer a su familia por completo es un gran paso al cual no me sentía preparada, sin embargo hoy ambos estamos de acuerdo en darlo. Además que hoy es la reunión anual que hacen la familia de Joe del lado de su mamá.

—Cariño ¿estás lista?.

—Dame un minuto. —le pido mientras estoy frente al espejo.

Se coloca detrás de mi pasando sus brazos alrededor de mi cintura.

—¿Ya te dije que me encantas?

Rio —Si, un par de veces en el desayuno, en la cama, hace una semana y ese día en ese pub.

Esconde su rostro en mi cuello, su respiración me causa cosquillas y eriza mi piel.

—De acuerdo quizá tengo que escoger otra frase.

—Pon a trabajar ese cerebrito tuyo, cariño.

Comienza a dar pequeños besos en mi cuello haciéndome suspirar.

—Si continúas haciendo eso no llegaremos a la comida con tu mamá.

—Mamá puede esperar, estoy seguro. —sus manos acarician mis costados.

—Pero yo no la quiero hacer esperar — detengo sus manos y separo su rostro para darle un leve beso en los labios —quiero dar una buena impresión y llegar tarde no es la forma.

Hace un puchero mientras me mira.

—De acuerdo.

—Entonces es hora.

Unos minutos después nos encontramos frente a la casa donde vive su mamá, la casa de su infancia, hay un par de autos estacionados en el porche y algunos otros a un lado de la acera, lo que me da a entender que varios miembros de la familia de Joe se encuentran aquí.

Tomo el refractario en el viene un platillo que hice justa para la comida de hoy.

—¿Crees que sea suficiente? —le pregunto a Joe.

Me mira extendiendo su mano hacia mi para bajar del auto.

—En realidad no.

Mis ojos se abren en grande y él rie.

—Mierda —susurro.

—Estoy seguro que les va a encantar y por eso se lo acabarán.

Caminamos hasta la puerta principal uno a lado del otro,y antes de tocar mira a mi direccion, toma mi barbilla y me da un cálido beso.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora