Capitulo treinta y siete: La verdad

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Después de esa llamada debía regresar a enfrentar a las dos personas con las que menos quería entablar una conversación, no me mal entiendan, no por las mismas razones

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Después de esa llamada debía regresar a enfrentar a las dos personas con las que menos quería entablar una conversación, no me mal entiendan, no por las mismas razones.

Enfrentar esos ojos marrones que alguna vez me transmitían amor y felicidad, que ahora solo sea una mirada indiferente, sería demasiado para mi pobre corazón.

He trabajado para sanar las heridas que lleva mi corazón, no solo las hechas en Londres sino también aquellas hechas en casa y por partidas.

Una vez regresó Zac me arrastra hasta al que ahora es su cuarto, me muestra todo aquello que Anne le ha comprado, aquellas fotos de algunos eventos en lo que ha participado en los últimos meses, su proyecto de ciencias que explica a detalle su funcionamiento.

—...Entonces aquí puedes plantar tus vegetales y después el agua se filtra para ser potable.

—Zac eso es una gran idea, podrías patentarla.

—Yo... estaba pensando.

—¿Si? —lo invitó a seguir hablando.

—¿Recuerdas cuando me hablaste sobre esos lugares alejados de las ciudades?

—Sí.

—Y si les ayudamos llevándoles ni idea y así puedo ir contigo a recorrer el mundo mientras ayudamos a las personas.

Su voz detona de emoción, sus ojos brillan y las manos se mueven con prisa en el aire.

Sonrió con ternura. —Podríamos decirle a Darren.

—Y así no tendríamos que separarnos por tanto tiempo.

Asiento, pues las intensiones de Zac son buenas, quiere ayudar y me siento orgullosa de ello.

Poco después decide que quiere ver una película en la sala, lo cual invita a Joseph quien aún se encuentra en la casa, y lo pienso, debe ser demasiado tarde para que regrese a su departamento, dormiríamos bajo el mismo techo. El montón de frazadas están en el sillón mientras ayudo a Zac a preparar una bolsa de palomitas que vamos a comer.

Comienzo a sentirme incómoda con el pantalón ajustado que había usado para la cena, mi cuerpo necesita liberarse y ponerse la pijama.

Encuentro a Anne en el pasillo de las habitaciones, le recuerdo sobre el cambio de ropa que robaríamos del cajón de Joseph, a lo cual ya no me siento tan segura de eso. La mujer aparece de nuevo por el pasillo y me tiende una playera junto a unos pants, le agradezco y me retiro al baño para poder cambiarme para regresar a la sala donde de seguro Zac espera impaciente.

Una vez dejo mi ropa en el cuarto de invitados junto a mi bolso, regreso para ver a los dos esperando para sólo dar play a la película, Zac me sonríe mientras palmea el lugar a su lado, el sofá está frente al televisor, por su parte Joseph está solo en otro sofá a un lado parece muy concentrado en su móvil, que no nota cuando pasó al frente de él para déjame caer sobre el sofá.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora