Ambos lloramos por los próximos minutos después de la noticia.
Me había puesto de pie y Joe abrazaba mi cuerpo a la altura de mi vientre donde ahora sabía que crecía algo.
—Hey baby dragón— Joe había levantado mi blusa y pegando su boca a mi piel —Soy papá, ya sabemos que estás aquí, ahora puedes crecer y expandirte a tu gusto.
—Hey—lo reprendo y golpeo leve su cabeza.
Da un beso donde supone que debería estar el pequeño ser, baja mi blusa.
—¿Crees que sea niña o niño? —me mira desde abajo.
—No lo sé—me encojo de hombros— debe ser aún muy pequeño.
—Yo creo que es una niña— sonríe— pero si es un niño no tengo ningún problema.
De pronto la felicidad en mi ser se esfuma y es reemplazada por un miedo extremo, los recuerdos de aquel dolor en el vientre y el sangrado.
—¿Y si vuelve a pasar?
Joe al ver mi rostro en preocupación se levanta. —¿El qué?
—¿Y si también lo pierdo? —mis ojos se llenan de lágrimas ante el simple pensamiento.
—No, cariño—toma mi rostro en sus manos— estoy aquí... Buscaremos al mejor obstetra de Londres.. si es necesario del mundo y te cuidaremos— con los pulgares limpia mis lágrimas —Esta vez estoy aquí y no dejaré que nada les pase... Lo prometo.
Me besa una vez más.
Aunque sus palabras me reconfortan, el miedo no se va pero decido confiar en sus palabras.
Retomar nuestra relación con un bebé en camino vuelve un poco complicadas las cosas, tenemos decisiones que tomar y controles que hacer, ahora no solo debíamos pensar por uno.
El primer control de embarazo fue emotivo, escuchar un pequeño corazón latir a través del monitor me provocan decenas de lágrimas, nuestros dedos se entrelazan, giro mi cabeza para encontrar al hombre sosteniendo mi mano derramar lágrima mientras sus ojos se mantienen en el monitor.
—Es un pequeño de 8 semanas, muy saludable —nos dice el experto.
—¿Es un niño? — le pregunta Joe como los ojos cristalinos.
El obstetra se ríe —Me refiero al feto.
—¿Podemos saber el sexo del bebé?
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Contigo siempre Joseph Quinn
RomanceÉl la promesa del año, actor reconocido. Ella una simple mortal. Él solo quiere ser tratado como un ser humano. Ella quiere un lugar seguro. Sus caminos se cruzan por azares del destino, son lo que el otro necesita. ¿Pero eso es suficiente para ma...