𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©

OO8

Eva's pov.

Desperté junto a Julián que permanecía en el quinto sueño, aún tenía puestos sus anteojos y se veía bastante gracioso en la posición en la que estaba durmiendo. Bajé a la cocina y vi a todos los chicos de la selección durmiendo en diferentes partes de la casa, había sido una larga noche y la terminamos de la mejor manera al parecer.

A lo lejos vi la mancha de sangre que todavía estaba en el piso, agarré el trapo y la intenté sacar como pude sin despertar a los que estaban al rededor. Estruge el trapo en el tacho resfregando la sangre que había quedado en el.

—Fua, ¿Desde temprano estás limpiando? — Me asustó la voz de Lisandro levantándose del sillón, me quedé en el lugar y sonreí disimulando.

—Perdóname si te desperté. — Sonreí nerviosa y llevé el tacho al patio.

Cuando volví adentro, la mayoría ya se estaba levantando y sentándose en la mesa, no me molestaba prepararles el desayuno pero no creía que la comida alcanzará para todos. Subí a despertar a Julián y después pasé por la habitación de Enzo, me acerqué lentamente a él y acaricié su cara para despertarlo con amabilidad.

—Enzo, vamos a desayunar. — Tenía un puchero mientras dormía que me causaba tanta ternura, acaricié su pelo y abrió sus ojos oscuros.

Sonreí pero Enzo me tomó de la cintura y me acostó con él en un rápido movimiento, quedé congelada ante lo brusco que fue y no pude zafarme. Había quedado con mi cara en su pecho y podía sentir cada latido de su corazón, parecía estar dormido todavía, levanté la mirada y pude admirarlo de cerca.

Acaricié su cara lentamente con mi dedo índice, tenía un poco de barba crecida y eso hacía que raspara en mis manos. Una sonrisa apareció que me mató de la ternura, se rio aún con los ojos cerrados y me apretó más a él.

—Dale, vamos a desayunar. — Me zafé de sus brazos y salí de la habitación con una sonrisa imborrable. — Ahí les preparo el desayuno chicos.

—¡Vamooos! — Gritaron en unísono y empezaron a golpear la mesa con ambas manos en forma de celebración.

Eso logró que finalmente Enzo y Julián se levantarán, ambos estaban despeinados y parecían bebés por sus caras de dormidos. Terminé de hacer las tostadas y me senté al lado de Lisandro quién estaba en la punta de la mesa.

—Que noche wacho, deberíamos hacerlo más seguido. — Dijo Nico decorando su tostada con la manteca.

—Enzo lo cagó a piñas a uno. — El Tucu se hizo presente con ese comentario dejando atónito a Nico.

No estaba orgullosa de Enzo por haber hecho lo que hizo, intenté desviarme del tema mientras los demás le celebraban haber ganado la palabra. Prefería no meterme en el asunto porque sabía la cantidad de preguntas que vendrían.

—Todavía no entiendo quién dejó que ese pelotudo entre. — Dijo Julián con bronca mientras tomaba del mate.

—Para mí fue el Licha. — Dijo Enzo con una voz ronca mientras me clavaba la mirada.

—Puede ser... — Se hizo el boludo mientras seguía comiendo como si nada.

La mañana transcurrió normal, los chicos estuvieron un rato más y después se fueron cada uno a su respectiva casa. Julián y Enzo se pararon enfrente de mí con esa mirada tratando de sacarme información, simplemente los miré desde la mesada hasta que se acercaron más.