O49

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about you.

Eva's pov.

Hace semanas que vivíamos en Inglaterra, Enzo había empezado a jugar con el Chelsea y Julián hacía sus preparativos para su casamiento. El dichoso día había llegado, nos encontraríamos con los chicos de la selección y con nuestros familiares, realmente estaba muy emocionada por Julián y quería verlo feliz.

Me encontraba junto a Olivia en el vestidor de la novia, maquillaba a Julieta mientras Oriana la peinaba, se la veía muy nerviosa y parecía que en cualquier momento iba a vomitar. Con las damas de honor intentamos relajarla y distraerla para que no pensará en cosas malas.

—Eva, Julián quiere hablar con vos de algo. — Enzo gritó un poco detrás de la puerta llamando mi atención, me acerqué extrañada y salí de la habitación.

—¿Qué pasó? — Pregunté alarmada y Enzo tragó fuerte antes de hablar nuevamente.

—No se quiere casar... — Me miró asustado ya esperando como iba a reaccionar.

La ira me atravesó por todo el cuerpo y caminé a paso fuerte hasta el vestuario de Julián, él siempre había tenido miedo de experimentar cosas nuevas, así como lo era este casamiento, pero está vez no dejaría que su miedo lo privara de hacer las cosas que él quería. Abrí la puerta encontrando a Julián en calzones y con su camisa aún puesta, me crucé de brazos y me paré enfrente de él buscando una respuesta a su berrinche.

—¿Por qué no te querés casar? — Pregunté enojada a lo que él se mostró bastante firme con su decisión. 

—Yo soy un pibe que necesita ser libre, no lleno de compromisos. — Juré nunca escuchar esas palabras salir de la boca de Julián, no era mi hermano claramente. — La decisión que acabo de tomar y quiero que lo sepas es que No. Me. Caso. ¿Qué tal?

Respiré hondo tratando de no perder la poca paciencia que mi querido hermano me estaba sacando, puse mis manos en mi cintura parandome de una forma bastante intimidante.

—A ver macho Ginebra...

—Bue, vino Bob Esponja. — Dijo refiriéndose a mí vestido amarillo.

—Escuchame una cosa, bolas tristes. — Comencé a alzar la voz ya que me tomaba el pelo cada vez más seguido y comenzaba a hartarme. — Allá arriba está mi amiga, vestida como una tarada esperando casarse con vos.

Para este punto ya había perdido los estribos y la poca paciencia que me quedaba, tanto que ya no me reconocía.

—Así que lo único que espero, es que te pongas ese traje, el saco, el pantalón, la camisa bien arreglada y que te vayas allá a casarte con ella. — El miedo en la cara de Julián se hizo presente y retrocedió varios pasos mientras yo me acercaba más a él amenazante. — ¿Por qué sino sabes lo hago?, agarro todas tus remeras que las cuidas como los trofeos que tenes en el estante y junto todos los sorullos de Bruno que riegan mi jardín, ¡¿Se entendió?!

—Ssi, ssi, se entendió. — Comenzó a balbucear y golpeé su espalda para que fuera a cambiarse.

Sabía perfectamente que ellos se tenían que casar, eran una pareja muy linda y sabía que Julián estaría en buenas manos, al igual que Julieta. Eran el uno para el otro, se necesitaban en sus vidas para mantener un balance en ellas, no podía permitir que las inseguridades de Julián hicieran perder a la mujer de su vida. Salí de la habitación un poco más relajada y Enzo se estaba cagando de risa, al parecer había escuchado toda la conversación y realmente no me reconocía.

—Estás toda roja. — Comentó mientras se reía, una sonrisa se me contagió al verlo y este dejó un beso en mi mejilla.

—Creo que me poseyó el espíritu de María Elena por un rato. — Respiré cansada y volvimos a nuestros respectivos lugares para que la ceremonia comenzará.

𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora