Epílogo.

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mi vida entera.

Enzo's pov.

Esperaba a Eva afuera de nuestra habitación, Julián se había ofrecido a cuidar a Olivia mientras ambos teníamos nuestra luna de miel que no pudimos por el mundial. Viajamos a Puerto Rico por petición de Eva y ahora la estaba esperando para tener una cita en nuestra cabaña. Creí que la vida nunca volvería a ser la misma desde que Valu ya no estaba, pero al parecer me recompensó con Eva, ella me daba un motivo más para seguir viviendo y luchando por ello.

—¿Gorda, te falta mucho? — Miré hacia mi celular la hora y recosté la cabeza en la puerta.

Sin previo aviso, abrió la puerta dejándose ver. El pecho me retumbaba al verla tan linda como siempre, tenía un vestido verde a lunares y su pelo dorado suelto al viento.

—Como se nota que no tenés paciencia — Sonrió dejándome totalmente congelado en el lugar y pasando por delante mío, su perfume invadió el aire para que reaccionará y la siguiera.

Teníamos vista al mar en el balcón y una cena ya preparada por los chefs del lugar. Ella parecía estar muy contenta por al experiencia que estábamos viviendo, en la mañana fuimos a nadar junto a los delfines y las mantarayas, y ahora estábamos teniendo una cena como la primera vez.

Mientras comíamos, hablábamos de nuestra historia, como habíamos llegado tan lejos cuando en un momento parecía que no había futuro entre los dos. Qatar fue una lección de vida para ambos, fue una forma de madurar y darnos cuenta de que no podíamos perdernos de esa manera, esa no podía ser la forma en la que terminariamos todo.

Recuperé mi relación con Lisandro después de todo, al parecer ambos compartíamos el mismo sentimiento y nos ponía en contra, pero a veces la comunicación es el mejor factor para arreglar las discusiones. Todo lo que pasó me hizo darme cuenta que la vida te pone obstáculos para madurar, para aceptar que no todos podemos tener lo que queremos siempre.

—Tengo una pregunta para vos. — Dije con una sonrisa juguetona y me serví champán en la copa otra vez.

—¿Cuál? — Preguntó ingenua.

—¿Estarías con un jugador de fútbol? — Se rio entendiendo mi referencia.

—Puede ser... — Respondió mirando hacia otro lado.

—¿Estarías con un compañero de tu hermano? — Me reí yo también de lo obvio que había sido en ese momento.

—Pensé que era una sola pregunta.

—Son varias. — Respondí de la misma forma en la que lo había hecho en ese tiempo.

—Capaz...

—¿Estarías con alguien que tiene 22 años, juega en el Chelsea y que además es campeón mundial? — Me reí nuevamente y ella copio la misma acción, su risa era como una melodía que no quería dejar de escuchar nunca.

—No sé, ¿Esas son las preguntas?

—Una más. — Marqué el número 1 con mi dedo y me acerqué a donde estaba ella, hice que se levantará de la silla y la abracé contra mi cuerpo, su calor se apoderó de mi pecho con rapidez. — ¿Estarías con alguien que tiene una hija y te ama con el alma?

. — Respondió cerca de mis labios provocando a que una los míos con los suyos.

Sus besos tenían esa extraña textura suave que hacía que en mi boca explotaran un millón de sensaciones raras. Nunca me había sentido así con alguien.

Sonaba una canción de fondo que hizo que nuestros pies se movieran a la par, recostó su cabeza en mi pecho mientras mis manos viajaron a su cintura. Cerré los ojos disfrutando aquel momento, las olas del mar, su respiración, los latidos de ambos bailando al compás, todo era maravilloso.

Eva me había llenado aquel hueco en mi corazón. 

 

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𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora