O12

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Eva's pov.

Me desperté con la luz del sol en mi cara, volví a cerrar los ojos para mantener el sueño y me di la vuelta buscando con mi mano a Enzo en el resto de la cama, pero sólo encontré un vacío en ella. Me senté en la cama buscándolo con la mirada pero no había rastro de él, continúe con mi rutina de la mañana y salí de la habitación encontrándome con Enzo y Julián, quienes hacían malabares para cambiarle los pañales a Olivia.

—Está al revés boludo, el muñequito va para atrás. — Dijo Enzo como si de una obviedad se tratará, reí y me asomé a donde estaban ellos.

—Y bueno culia'o, nunca tuve un bebé para saber eso. — Julián le agarró las piernas a Olivia y la levantó para poder ponerle el pañal.

—¿Tanto quilombo por un pañal? — Dije entre risas, noté que los papás de Enzo no estaban en la casa, lo que me parecía raro.

Enzo y Julián levantaron la mirada, como si los hubiera captado en in fraganti, se notaban sorprendidos hasta que se relajaron al verme, seguramente pensaron que era la señora Fernández. Enzo me sonrió de una manera bastante especial y me acerqué para ayudarlos.

Olivia simplemente se reía de toda la situación, no entendía mucho lo que pasaba pero las caras de asco que hacían ambos chicos debido a lo que contenía el pañal le daba mucha gracia. Me puse entre medio de los dos chicos y le cambié el pañal con facilidad a lo que ellos me miraron bastante sorprendidos.

—Fuaa amigo, se tragó la arena de toda la playa. — Dijo Julián mirando con asco el pañal desde lejos, le di un zape en la cabeza por su comentario.

—Andá a tirar ese pañal, mamerto. — Palmeé su espalda y se tapó la nariz con una sola mano mientras se dirigía al patio de atrás.

—Gracias. — Dijo repentinamente mientras me observaba con detenimiento y una sonrisa pequeña.

Volteé a mirarlo a los ojos, al parecer estábamos muy cerca y la diferencia de altura era lo que nos separaba, él se estaba acercando para darme un beso en los labios que con gusto estaba esperando, pero antes de que pudiera hacerlo, Julián volvió a entrar y se lavó las manos. Nuestro primer beso me causó un revuelo en mi cuerpo, nunca había pensado que podría experimentar un beso tan lindo y dulce como el que tuvimos ayer por la noche.

Todavía siento el tacto de Enzo en mi cintura y como este la acariciaba, era como si hubiera dejado huellas en mi piel pero que no se veían a simple vista. Puedo asegurar que cada vez que lo veo, algo nuevo aparece y hace que lo quiera más de lo que lo hago, tiene ese efecto que hace que quiera más de él en cada momento, sin importarme el entorno.

Julián se regresó hacia nosotros secándose las manos y nos miró con una sonrisa juguetona, a veces se comportaba como un nene y yo parecía su mamá, cuando la verdad era que él era más grande que yo.

—Hoy hay una joda en la playa, tus papás me dijeron que iban a cuidar a Oli. — Dijo sentándose en la silla y señalando a Enzo en referencia a lo de sus papás.

—¿Y vos cómo sabes lo de la joda? — Pregunté intrigada esperando su respuesta, lo miré fijamente y pude notar que se puso nervioso.

—Tengo mis contactos. — Respondió mirando a Enzo de reojo, ya me olía otro plan de ellos.

Lo miré nuevamente a Enzo y este solamente estaba sonriendo con cara de nene bueno, lo que me llamaba la atención era que Julián lo ayudaba a Enzo para que ambos nos quedemos solos. Asentí en forma de sospecha y volví a la habitación, me frené en la puerta para escuchar lo que iban a decir en el momento que me fuera.

𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora