O44

8K 488 100
                                    

atlantis.

disclaimer: capítulo fuerte

Eva's pov.

El último día del año había llegado y nos estábamos preparando con todas las ganas para empezar de la mejor manera un 2023. Habíamos quedado en juntarnos en la casa de Otamendi para festejar el fin de año con el resto de la selección, hace una semana vivía junto a Enzo y parecía ser un sueño cada momento a su lado, no había mañana en la que no estaba feliz por despertar junto a él y Olivia. Un poco difícil fue sin Julián pero no era el fin del mundo, no ha dejado de hacer videollamada con nosotros desde que llegamos a Lisboa.

—¿Estás lista? — Enzo se asomó por la puerta con una sonrisa y se acercó a mí al ver que aún seguía mirándome en el espejo. — Preciosa como siempre.

Dejó un beso en mi mejilla y me abrazó por la espalda, mi pancita había crecido unos milímetros pero eran los más lindos que esperaba tener. Acarició mi pancita con lentitud y colocó su mentón en mi hombro mirando hacia el espejo.

—Vamos que nos están esperando. — Dije dándome la vuelta y acomodé el cuello de su camisa sintiendo sus manos en mi cintura.

—Vos querés ver a tu hermano, por eso querés apurarte. — Dijo entre risas y me miró acercándome más a su cuerpo. — ¿Por qué son tan unidos?

La verdad era que nunca le había explicado a Enzo porqué tenía esa conexión tan fuerte con Julián, capaz eso le causaba rareza y nunca entendió por qué los dos no nos podíamos separar nunca. Sonreí recordando todos los momentos junto a él y abracé su cuello con mis brazos al rededor de su nuca.

—Siempre fuimos así según mi mamá, como si fuéramos almas gemelas. — Dije dejando un pico en sus labios y este simplemente sonrió.

—Son tan parecidos encima. — Se rio y nos separamos para finalmente ir a la casa de Nicolás.

Olivia nos esperaba en el living con sus juguetes que le habíamos regalado para Navidad, Enzo le hizo upa y nos dirigimos al auto para iniciar camino. Estaba enamorada de Portugal, todo era muy hermosos pero nada se comparaba con Argentina, Olivia y yo recorrimos la ciudad en los últimos días para familiarizarme con todo mientras Enzo iba a entrenar. Finalmente, llegamos a la casa de Otamendi que nos recibió con los chicos de la selección.

—Discúlpame, pero la mesa de los feos está allá en la punta. — Señalé con mi dedo índice hacia una esquina mientras él se reía por mi comentario burlón. — Te extrañé tonto.

—Yo también pendeja. — Me abrazó antes de que yo pudiera tomar la iniciativa.

Deseaba que ese abrazo durará el resto de mi vida, de sólo sentir su corazón junto al mío me recordaba que Julián era la persona más fuerte y mi mejor amigo en este mundo. Olivia corrió hacia nosotros y recibió a Julián con un abrazo haciendo que este le haga upa con rapidez, Enzo se acercó a saludarlo y fue como si nuestra mini familia se hubiera vuelto a formar. No iba a mentir, hace días me sentía rara y pensaba que era por el embarazo, dicen que el cuerpo se reorganiza cuando te embarazas y hace que todo te parezca raro, pero creo que era el sentimiento de estar lejos de Julián nada más.

—Me enteré lo del Chelsea, ¿Qué onda con eso? — Preguntó Julián con una sonrisa y palmeó el hombro de Enzo, los miré extrañada sin entender a qué se referían.

𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora