O42

10.2K 654 74
                                    

never not.

Eva's pov.

Volvimos a casa con la Copa en las manos de nuestro equipo, el viaje fue una locura debido a que los festejos no terminaron en la cancha. Enzo, el Kun y su hijo decidieron quedarse en la casa de Julián en Argentina por el fin de semana hasta que fuera momento de volver a sus respectivas casas.

Mi mamá nos avisó que pasaría de visita a Buenos Aires por la victoria ya que no pudo presenciarla debido a problemas con el trabajo, todos volveríamos a esa casa que nos mantuvo unidos por bastante tiempo. Durante el viaje, Enzo no dejó de preocuparse por mí y mi salud, ahora que sabía que estaba embarazada se preocupaba el doble por mí y quería estar 24/7 a mí lado.

Los chicos volvieron de la caravana en pedo y también colorados hasta el culo, habían estado horas arriba del micro y a ninguno se le ocurrió ponerse protector solar. Julián era el que más estaba en pedo, se tambaleaba de lado a lado mientras caminaba derecho hasta su cuarto.

—Veo que la pasaron bastante bien ustedes. — Sonreí viéndolo pasar y Enzo me recibió con un beso en los labios. — Un olor a alcohol encima tenés, anda a bañarte.

—Bueno che, el Papu nos tiró una jarra de birra encima a todos para bautizarnos. — Se quejó alzando los hombros mientras me reía de su anécdota. — Viste que ahora se cree cura después de nuestro casamiento.

—Andá a bañarte, dale. — Lo empujé un poco hasta el baño y me senté en el sillón esperando a que llegase mi mamá.

Estaba un poco nerviosa porque hace mucho que no la veía, Julián tendría que viajar a Calchín en estos días e iría a ver a toda nuestra familia, tenía la duda de si ir con Enzo o con él, nuevamente me encontraba encerrada en una decisión peligrosa. Por una parte, quería ver a mí familia una última vez y contarles sobre mí embarazo antes de viajar a Lisboa, por otra parte, quería acompañar a Enzo en su festejo en San Martín.

El timbre sonó indicando que mi mamá ya había llegado, corrí a la puerta y la abracé con todas las fuerzas con las que me encontraba en ese momento, la había extrañado millones y sabía que quizás fuera la última vez que la vería con el paso del tiempo. Julián bajó las escaleras como pudo y se abalanzó hacia ella dejando en evidencia el pedo que tenía encima, intenté cubrirlo lo más que pude pero no hubo chance, no había manera de encubrirlo.

—¡Julián, ¿Qué haces así en pedo vos?! — Golpeó su brazo mientras él se reía, volvió a abrazarla y se metió en el baño seguramente para bañarse. — Hola mi amor, siempre siendo la hija ejemplar.

—Hola mamá, tengo una noticia para darte. — La abracé nuevamente y ella sonrió al ver el anillo que brillaba en mi dedo anular.

—¿Te casaste? — Abrió los ojos con sorpresa y sonrió, me recordaba tanto a Julián. — No me dijiste nada.

—Fue muy espontáneo, no hubo tiempo de invitar a nadie ma. — Dije agarrando sus manos después del abrazo. — Pero la noticia es otra.

—Pará, quiero saber quién es mi yerno. — Lo pensé dos veces cuando dijo esas palabras, los nervios me recorrían las venas porque sabía que mi humilde marido estaba en pedo y no en sus 5 sentidos.

—Creo que no-

—¡Muchaaaaachos, ahora nos volvimos a ilusionar! — Tapé mi cara al escucharlo gritar bajando las escaleras junto al Kun. — ¡Suegrita!

Me paré enfrente de él lo más rápido que pude antes de que la abrazara, por suerte mi mamá no era como mi papá y entendía la situación, era obvio que se iba a poner en pedo en un festejo así. Sonreí nerviosa y lo abracé para presentarlo.

𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora