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perfect.

Eva's pov.

Miraba con detención la caja que estaba arriba de mi cama, Enzo la había dejado hace un par de horas atrás y seguía sin abrirla. Estaba nerviosa porque probablemente se trataba del vestido, con Enzo decidimos tener un casamiento tranquilo en la playa junto a los chicos de la selección. Reuní fuerzas internas y abrí la caja, dentro estaba el vestido que usé esa vez que fuimos a la playa de La Lucila, también estaba la coronita que su mamá me había regalado y dentro había una cartita.

"Para que estés igual de hermosa que esa noche". La carta lo decía todo, sonreí al leerla y decidí prepararme para la hora que nos llegaba, volví a vestir aquel vestido blanco y coloqué aquella coronita que con mucho amor, su mamá me había regalado, sentía que la llevaba conmigo. Me maquillé a lo natural y salí de la habitación encontrándome con Ori quien me estaba esperando afuera.

—Estas preciosa Eva. — Sonrió y acarició el vestido por arriba.

Ella me acompañó hasta el lugar dicho donde ocurrirían las cosas, los nervios me recorrían por el cuerpo y sólo pensaba en ver a Enzo para calmarme. Julián se acercó a mí al llegar y enganché mi brazo en el suyo, sonrió ampliamente y los chicos armaron una hilera en donde se escuchaban sus aplausos de su parte y al final pude ver a Enzo. Sonreí llenando mis ojos de lágrimas al igual que él, la emoción se apoderó de nosotros, extendí mi mano en busca de la suya y me enfrenté a él.

—Bueno, no hubo tiempo de buscar un cura así que... Yo voy a ser el mediador de esto. — El Papu apareció con una sonrisa y se paró entre los dos. — Primero, les pido que ambos se digan unas palabras.

Respire hondo para empezar, lo miré fijamente a los ojos y este me sonrió.

—Sólo puedo decir que quiero pasar el resto de mi vida con vos y Oli. — Dije con un nudo en la garganta, ya no me quedaban lágrimas para derramar. — Sos una persona increíble, tanto que en lo único que pienso es en vos cuando algo se me viene a la cabeza, cada decisión se volvió mi prioridad pensar en vos primero. Quiero despertar todas las mañanas con una sonrisa tuya, verte feliz y que la razón por la que estés así sea yo, porque tu felicidad es la mía. Te amo infinitamente.

Finalicé besando sus manos y le sonreí nuevamente, dejé mi corazón abierto ante él en un momento tan delicado. Olivia caminó hacia nosotros mientras tiraba unos pétalos al aire, agarró mi mano y se paró a mí lado. Pude ver a Lisandro entre los chicos, tenía una sonrisa que parecía ser triste pero a la vez como si estuviera aliviado, el Cuti lo abrazó por los hombros en forma de apoyo y la voz de Enzo me dirigió la mirada hacia él.

—Creo que nada de lo que diga va a superar lo que dijiste. — Provocó risas en el lugar ante su declaración. — Te amo Eva, cuando me levanto en lo primero pienso es en vos, en ir a verte y darte un beso como si fuera el último, a veces me pregunto si es raro, nada más tengo 21 años y me siento de esta manera. — Suspiró y entrelazó nuestros dedos mientras largaba las últimas lágrimas que me quedaban. — Quiero pasar mi vida entera con vos, quiero que formemos una familia juntos y que valga la pena todo por lo que luchamos. Te amo infinitamente.

—Chapense y listo, loco. — Dijo el Papu con una sonrisa y empujó a Enzo.

Este me tomó en sus brazos y me besó con tanta dulzura, finalmente habíamos jurado amor eterno bajo la luna y el sol, los aplausos se hicieron presente y los chicos se tiraron encima de Enzo felicitandolo. La ceremonia continuó normal, quedaba sólo tirar el ramo y las chicas no perdieron tiempo en presionarme para que lo haga. Me subí sobre una silla de espaldas, incliné un poco mi espalda y tiré el ramo de flores.

𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora