Capítulo 2
Wendy
Aún resonaba en mi cabeza la conversación que tuve con Ulises una vez que Nadir se fuera tan sorpresivamente:
-¿A dónde crees que vaya? –pregunté sin quitar la vista de mi amigo corriendo.
-No tengo idea –me miró -¿Qué te sucede?
-Tengo una sensación rara.
-¿Una sensación rara?
-De que ya no volveré a verlo –expliqué en voz baja.
* * *
Cerca de la tres de la tarde, y después de varios intentos de llamada de celular, llegué a la casa de Nadir un tanto preocupada. Pero mucho más por la extraña sensación que me había invadido y se resistía abandonarme.
Toqué el timbre y después de unos pocos minutos de espera fui recibida por su madre. Con la misma amabilidad de siempre, me hizo pasar hasta el living de la casa. Me gustaba ese lugar, era donde Nadir y yo salíamos jugar cuando éramos niños, corriendo por entre los sofás y saltando por encima de la mesa ratona que se hallaba en el centro de la habitación.
Aguardé sentada a que María regresara con un vaso con agua, me lo ofreció y se ubicó enfrente de mí, aguardó paciente y con una dulce sonrisa a que explicara la razón de mi visita.
-¿Está... Nadir?
-Ju, ju –rio con picardía -. Me imaginé que venías a visitarlo a él.
-No sólo es que... –por alguna razón me puse nerviosa de repente.
-No te preocupes, no tienes que aclararme nada –Sonreí aliviada -. Pero me temó que no estás de suerte, acaba de llamarme para decirme que se va demorar y no sabía cuánto tiempo iba a tardar en volver.
-¿No dijo adónde iba?
-No, y ahora que lo pienso es raro porque por lo general me lo dice. Pero esta vez no.
-Entiendo.
-¿Sucede algo?
-No, nada -me apresuré a decirle para no asustarla.
-Wendy, quizás no te conozco tanto como mi hijo, pero me doy cuenta cuando algo te preocupa.
Tardé unos cuantos segundos, pero al fin hablé.
-No es algo de lo que tenga que asustarse, pero...
-Pero no estás empezando bien.
-No, no. De verdad no es nada serio. Es sólo que hoy lo vi un poco raro en la escuela y luego tuve una sensación... rara.
-¿Qué sensación?
-Es difícil de explicar, pero como si... –me interrumpí, me di cuenta que si le decía mi verdadera sensación la preocuparía más de lo que ya estaba -. Simplemente no lo vi bien y quise saber cómo estaba, es todo.
-Wendy, sos muy dulce –exclamó con ternura –. Ojalá mi hijo algún día vea lo mismo que yo.
-No, no es lo que piensa –atiné a decir con la cara roja como un tomate.
-De vuelta te digo –me respondió levantando la mano derecha –, a mí no tenes que darme ninguna explicación.
Suspiré aliviada de que el tema quedara allí.
-Pero como te dije él no está, así que si deseas podes esperarlo.
-No, está bien. Quizás solo estoy siendo exagerada –Me levanté para marcharme.
-Le diré que te llame cuando regrese –respondió imitando mi movimiento.
-Se lo agradecería.
Me despedí y salí. Pero en la calle no pude irme, aguardé allí un buen rato, no estoy segura del tiempo, pero al ver que el sol comenzaba a ocultarse y que el frío crecía decidí regresar a mi casa, a esperar un llamado que jamás llegó, con una angustia que jamás desapareció.

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Maia mia
RomanceDespués de un rechazo amoroso, Nadir se encuentra devastado. Pero como si eso no fuera suficiente, se despierta una mañana transformado en mujer. Mientras intenta recuperar su cuerpo se afronta a un mundo desconocido. Pero ¿qué sucedería si en esa f...