Capítulo 2 (3ra parte)

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Capítulo 2

Ulises

La aguardé a la vuelta de la escuela. Ya le había anticipado que la esperaría allí para poder hablar tranquilos. Arribó con el ceño fruncido, y el cabello recogido como siempre lo llevaba en clases. Me observó en silencio aguardando que inicie la charla.

–Gracias por venir –le dije.

–Sí, sí ¿por qué me llamaste? –respondió de mala manera.

–Recordá que estas molesta con Nadir, no conmigo.

–Perdón Uli –cambió su humor.

–No hay problema.

Ambos nos apoyamos en la pared de una antigua casona y desde allí contemplamos como el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte tiñendo el cielo de un color anaranjado.

–Se ve lindo ¿no? –rompí el silencio.

–No llamaste para ver el atardecer o ¿sí?

–No, no lo hice por ello ¿Cómo está todo con él?

–Vas a tener que ser más específico.

–Esta bien, si lo querés hacer complicado. Me refiero a Nadir.

–¿Con Maia? Creo que ya lo sabes –uso un tono sarcástico.

–Me hago una idea.

–No es gracioso.

–Solo trato de tomarlo con humor.

–No lo es.

–Sí lo es. Wen –la miré directo a los ojos –, la persona que está en ese cuerpo es nuestro amigo, el mismo de siempre, y no me digas lo contrario. Por supuesto que hay algunas cosas no son iguales, que nos molestan o que son incomodas, pero en esencia sigue siendo Nadir. Quizás debemos dejar de mirarnos el ombligo e intentar pensar cómo se siente él al respecto, de lo mucho que nos necesita y de lo muy confundido que debe estar. No necesita que se le aleje gente, necesita tenernos cerca.

–No es tan simple –unas lágrimas recorrieron su rostro.

Desvié la mirada para volver a observar el cielo que se había oscurecido.

–Por supuesto que no. Para mí es difícil, me imagino lo que debe ser para vos que estas...

–Un momento –me interrumpió –. No sé de qué hablas.

–No importa que él esté enamorado de Florencia. Tenés que decirle lo que sentís, no te lo guardes más –me sinceré.

–Creo que estas equivocando las cosas. A mí no me gustan las mujeres.

–Sabes de lo que hablo. Vos estas enamorada de Nadir, de la persona, no de su imagen.

–Él... ya sé que está con Florencia. Me lo imagino por lo juntas que están últimamente –exclamó con tristeza luego de unos segundos en silencio.

–¿Y?

–¿Cómo y?

–A lo sumo te va rechazar y nada va a cambiar o...

–¿O? –desperté su interés.

–O va a corresponder a tus sentimientos. Como sea no ganas nada quedándote callada, hablando tenés cincuenta por ciento de chances buenas y cincuenta malas. Vos elegís.

Hubo un largo momento de silencio hasta que Wendy volvió a hablar.

–¿Tan obvia soy? –preguntó con la cara roja.

–Sí, excepto para Nadir –Sonreí.

Wendy soltó un largo suspiro.

–¿Por qué... por qué me decís esto ahora?

–Porque las cosas son diferentes ahora.

–La transformación...

–No –la interrumpí –. Lo que cambió es tu sufrimiento.

–No entiendo.

–Te dije lo que dije porque te veo sufrir más que otras veces, y no quiero eso para vos, no quiero que sufras.

–Uli –exclamó con los ojos vidriosos por el llanto.

Le pasé mi brazo por encima de los hombros, y eso pareció reconfortarla.

–Abríle los ojos –sentencié.

Wendy no dijo nada más, se quedó pensando en silencio. Sin embargo, no era necesario que dijera absolutamente nada. Yo lo sabía bien, había tomado una decisión: iba a hablar con Nadir sin importarle nada y por primera en dieciséis años iba a ser sincera con él.

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Obviamente que Nadir/Maia no iba a a estar tranquilo/a durante mucho tiempo, finalmente ¿se formara un triángulo amoroso? o ¿la pobre Wendy terminará con el corazón roto? Ya veremos. Les aseguro que el capítulo del sábado viene muy especial, no se lo van querer perder.

Maia miaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora