Epílogo

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Epílogo

Maia

Corrí tan rápido como mis piernas cortas lo permitieron. Desde mi cambio, noté que mi resistencia había disminuido, aun así, continué. Le exigí a mi cuerpo seguir adelante a pesar del entumecimiento.

Mientras avanzaba, me fue imposible no recordar todo lo que había vivido desde aquel día. También, finalmente, acepté y abracé mi nueva realidad como mujer, el pequeño sacrificio que debía hacer para poder ser feliz.

Seguí adelante, sabía bien donde encontrarla: toda la población se reuniría en la plaza central de la ciudad, donde el espectáculo se vería en todo su esplendor.

Llegué, fatigada y con poco aire, pero no me detuve. La busqué entre una multitud de personas, diez minutos me llevó dar con ella. La encontré de espaldas, su cabello caía en cascada sobre su espalda, y la ropa ajustada mostraba sus generosas curvas. Sentí como mi cuerpo se estremecía, al igual que el día que la conocí. Ese día mi mundo cambio, y solo giraba alrededor de ella.

Como por arte de magia, sintió mi presencia y se giró, depositó sus ojos pardos en mi rostro, pero permaneció en silencio.

–Hola –exclamé tontamente. Más silencio –. Sé que estás enojada por todo lo que sucedió, por mis dudas. Pero estoy aquí, con vos.

–¿Quién? ¿Nadir o Maia?

–Maia –respondí sin dudarlo.

–¿Estás dispuesto a permanecer como mujer?

–Es un precio bajo, si con eso puedo estar con vos. Claro, si me aceptas.

Nuevamente el silencio se apoderó de las dos, solo se oía el murmullo de las personas que aguardaba la lluvia de estrellas.

–Por supuesto que te acepto. Solo vos me interesas, no puedo ver a nadie más –respondió al fin Florencia con lágrimas en los ojos.

La barrera que nos distanciaba, creada por mis dudas e inseguridades, finalmente cayó. Me acerqué con mi más grande sonrisa y le acaricié el rostro con el revés de mi mano.

–La "Flor" más bella –exclamé.

–Maia –respondió con la vista clavada en mí.

Nos besamos en la boca, sellando para siempre nuestros destinos. En ese momento inició la lluvia de estrellas, como una metáfora que bendecía nuestro amor.

Luego de unos segundos, nos separamos, y tomadas de la mano disfrutamos el final del espectáculo.

–No pediste ningún deseo ¿verdad? –inquirió mi novia.

–Por supuesto que lo hice –respondí con mi vista puesta en el cielo.

–¿Qué?

–Deseé que siempre estemos juntas y seamos felices –me expliqué mirándola.

Nos volvimos a besar, pero éste solo sería uno de los muchos besos que nos deparaba el futuro.

Fin

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¡Y llegó! Aquí está, con ustedes el bendito final.

Antes de pasar a la despedida, les cuento algunas cosas que me quedaron en el tintero. Esta historia la empecé a escribir hace muchos años, pero jamás la terminé y después de un tiempo la abandoné. Fue un desafío retomarla, darle forma y publicarla, pero me alegra de haberlo hecho, porque tuvo mejor recepción de la jamás creí. Por otro lado, les cuento, que, si bien el final no estaba escrito, sí ya lo tenía decidido desde el inicio: siempre supe que Maia y Florencia acabarían juntas, después de todo era el verdadero amor de Nadir, y creo que en este capítulo se notó.

Pero quiero conocer su opinión ¿están de acuerdo con este final? ¿Era el que esperaban? ¿o preferían a Wendy? Los leo en los comentarios.

También les cuento que me quedaron muchas ideas que no llegué a desarrollar, quizás en un futuro publique una segunda parte, siempre y cuando haya algo interesante y distinto para contar.

Les dejó también una trivia: hay una frase en este capítulo que está sacado textual del ending de un anime muy conocido. Les dejó una pista la frase la dice Florencia. ¿Qué frase es? ¿Al ending de que anime pertenece?

Ahora sí, es el momento de la despedida. Agradezco a cada lectura, cada like y cada comentario (y los que espero vengan), y ojalá nos reencontremos nuevamente en otra historia. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Hasta siempre!!!!!!!!!!!!!

Maia miaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora