Capítulo 8 (4ta parte)

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Capítulo 8

Maia

El tiempo se me agotaba, en tan solo un día llegaría la lluvia de estrellas. Y aquella decisión tan fundamental que debía tomar, seguía rondando en mi cabeza, sin una respuesta. Tomé mi celular y revisé las fotos que tenía tanto con Wendy como con Flor. No pude evitar humedecerme al recordar los momentos íntimos que compartí junto a mi novia, pero enseguida rememoré el sueño erótico que había tenido con Wendy y la humedad aumentó. Mi mano comenzó a acercarse inconscientemente a mis genitales, llegó a traspasar la barrera de mi pantalón y ropa interior, pero enseguida me detuve. No podía perder el tiempo en pensamientos impropios.

Salí a caminar pensando que el aire puro sería una solución mágica a mis dilemas, ¿por qué no? Si después de todo me transformé en mujer mágicamente. Al pasar por una plaza cercana unos jóvenes me silbaron y me gritaron "piropos" que me hicieron enrojecer y sentir vergüenza de mis exuberantes curvas.

"¿Realmente quiero esto para el resto de mi vida?" pensé mientras cruzaba mis brazos delante de mis pechos.

Mis pechos, esa parte de mi cuerpo que resaltaba más que ninguno, que llamaban la atención de todas las personas. Me fui imposible no recordar que una de las primeras cosas que me sugirió Wendy, luego de descubrir mi nueva naturaleza, fue que utilizara corpiño. Esas prendas y otras a las que me había resistido usar, ahora las llevaba puestas con naturalidad.

Wendy fue también quien me acompañó a hacer las primeras compras de vestimenta. Me llevó a la peluquería y me dio clases de femineidad para que no despertara sospechas de mi verdadera identidad.

También rememoré como se enojó cuando salí con Florencia, mientras ella seguía mirando hacia el cielo esperando ver una estrella fugaz que me devolviera mi antiguo cuerpo. Y la emoción que la embargaba cuando escuchó lo de la lluvia de estrellas.

Me fui imposible no sonreír al pensar en ella. Todo lo que había hecho por mí, y todo lo que aún estaba dispuesta a hacer.

–Por supuesto, Wendy –exclamé – siempre me apoya. Fue siempre mi mejor amiga –dije inconscientemente.

Me detuve en seco y luego de unos segundos en silencio lo comprendí todo. No perdí más tiempo, tomé mi celular, marqué un número y aguardé por una respuesta.

–¿Hola? –respondió una dulce voz del otro lado.

–Hola Wendy, soy Nadir –exclamé con seriedad.

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A tan solo dos capítulos del final, no falta casi nada, y falta todo. Nadir/Maia ¿se habrá decidido ya? No se pierdan la resolución de la historia.

Como siempre gracias a los que apoyan y apoyaron esta historia.

Maia miaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora