Capítulo 13 (3ra arte)

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Capítulo 13

Maia

Había mucho que tenía que hablar, mucho que tenía que decidir. Era tiempo de dejar de ser una cobarde e ir de frente con la verdad. Cité a Florencia en mi casa, íbamos a estar solas así que podríamos hablar con tranquilidad.

Mientras la esperaba sentada en el umbral de la casa, una chica pasó por delante de mí. Tenía el cabello castaño claro al igual que yo, y debía medir cerca del metro sesenta. Sus ojos color café se depositaron en los míos. Sonrió, me guiñó un ojo y siguió su camino.

Sentí mi cara arder, así que supuse que estaba roja como un tomate.

"Lo que dijo Ulises es verdad, como mujer me miran más que como hombre".

Mis pensamientos se interrumpieron cuando vi a Florencia acercándose. Cuando la vi mis inseguridades volvieron, era tan hermosa y perfecta para mí, pero Wendy ahora también lo era.

La invité a pasar, y la dejé sola durante unos minutos, mientras preparaba algo para tomar. Al regresar, la vi parada junto a la chimenea y en sus manos tenía una foto.

–¿Quién es él?

–Mi papá –dije sin pensar.

–¿Por qué tu tía tiene una foto de tu papá? –inquirió confundida.

Recordé que le había dicho que donde estaba parando era la casa de una tía lejana.

–Eh... en realidad la foto es mía, la traje cuando me mudé.

–¿Él...? –se interrumpió.

–Sí –reconocí con dolor –. Ya no está.

–Lo lamento.

Dejó la foto a un lado y me abrazó por detrás, sentí su dulce aroma invadir todos mis sentidos, y de a poco me reconforté.

–Él... hay días que lo extraño mucho. Siempre sabía que decir en el momento indicado.

–¿Puedo preguntar qué pasó?

–Sí.

Caminé hasta la chimenea y volví a contemplar la foto que descansaba sobre ella. Estaba tan radiante, tan feliz, pero no había sido así los últimos tiempos.

–Mi papá era una gran persona. Un gran padre. Sin embargo, poco antes de morir sufrió un accidente de auto, que lo dejó cuadripléjico. Toda su alegría se borró en ese momento. Se enojaba todo el tiempo, y en otros momentos lloraba como un niño. Yo tenía cerca de nueve años. Así vivió unos dos años, su salud estaba deteriorada y finalmente sufrió un para cardíaco.

Unas lágrimas recorrieron mi rostro.

–Lo lamento, Maia.

–A veces pienso, que ese infarto en cierta forma lo liberó. Pero no por ello duele menos su ausencia.

–Lo mejor es recordarlo como era y no como fue en el final.

–Eso intento –Esbocé un simulacro de sonrisa.

Todo el asunto de mi papá me descolocó, ya no me sentía tan cómoda para hablar con Florencia sobre mis sentimientos hacia Wendy.

–Pero no te pongas triste, me alegra que me hayas llamado ya te extrañaba –acomodó su minifalda y se sentó en uno de los sillones –. Es mejor tener un bello recuerdo que unos padres presentes y llenos de malos recuerdos.

Miré mi novia, su comentario llamó mi atención.

–¿A qué te referís?

–¿Qué? –preguntó distraída.

–A qué te réferis con lo que dijiste.

–Es complicado, no tiene importancia –noté su incomodidad y se lo hice saber–. No todos tenemos buenos recuerdos de nuestros padres, Maia.

–¿Tenes mala relación con ellos?

–Es –buscó las palabras apropiadas –, peor que eso. Ellos no me cuidaron como debían, me lastimaron mucho –Su semblante se oscureció.

Me acerqué a ella, me arrodillé y la tomé de las manos.

–Flor ¿qué te sucedió?

–No querés saber –respondió con lágrimas en los ojos.

–Sí, sí quiero.

–Tengo miedo que ya no me veas igual, después que te lo diga.

–Siempre te voy a ver igual. Como siempre lo hago.

–¿Cómo?

–Hermosa.

Esta vez fue Florencia quien paseó por la sala. Aguardé paciente que estuviera lista para hablar.

–Te lo voy a contar, porque no quiero que haya secretos entre nosotras, pero por favor escuchame hasta el final sin interrupciones.

Asentí con la cabeza y me predispuse a escucharla.

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Bueno finalmente sabemos que pasó con el papá de Nadir/Maia, se lo imaginaban? Y en la próxima publicación vamos a conocer al fin el pasado de Florencia ¿Qué teorias tienen?

Nos vemos el próximo sábado.

Maia miaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora