Prólogo

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El avance es algo que nosotros mismos generamos, algo que se hace con el tiempo, con el tiempo la tecnología avanza, las maneras de hacer las cosas avanzan, el mundo avanza.

Pero, ¿Las personas si avanzan?

Es decisión de cada quien si avanzar o no, si quedarse en un punto fijo o seguir hacia adelante.

Y muchos, decidían quedarse en ese punto fijo, mirando a los lados, o mirando a la nada, resignados. ¿Era por miedo? ¿Era por pereza? ¿Era por estar en contra de todo? Cada quien podría tener sus razones.

La razón de los vampiros era simple. Miles de años rigiéndose y caminando en un mismo sentido como para abandonar esa modalidad de un día para otro, si bien, unos decidieron dar ese avance y abrir sus mentes a nuevas modalidades, la mayoría no lo hizo.

La corte vampiro, la realeza vampiro, algo que se ha mantenido hasta la época actual.

Los vampiros habían evolucionado, habían avanzado, hasta cierto punto. En Busan, Corea del Sur, los vampiros aún tenían su gran parte de territorio, solo para ellos, ningún humano era bienvenido a ese territorio, la corte lo había prohibido por sucesos de ataques humanos.

Los humanos también tenían su territorio, apto para los vampiros.

Y había una fina línea que los dividía, la separación de unos metros de ancho, la tierra de nadie.

En septiembre del 2003 la corte empezó a presentar reunión tras reunión, charla tras charla en busca de una solución a su situación actual.

-Para lograr que las muertes disminuyan, hay que hacer un tratado de paz -habló un hombre, vestido con un traje marrón, sus colmillos algo sobresalientes. El debate en la corte estaba desde hace días, todos los miembros tratando de solucionar el problema que los caza vampiros les estaban dando.

-No lo creo, si hacemos un tratado de paz los vampiros tampoco tendrán derecho de alimentarse, sería ilegal -opinó otra mujer con los labios de un tono Borgoña que hacía resaltar sus dientes, más que todo sus colmillos.

-Para algo está la tierra de nadie -habló un tercero, en la sala solo habían cuatro personas. Tres hombres y una mujer, los vampiros de la corte, sangre pura y dignos de tener voto, debate y decisión con los asuntos de la comunidad vampiro en Busan.

En cada estado, había una corte vampiro.

En cada país, había un líder, décadas atrás lo llamaban Rey, su majestad.

Y el líder de todos los vampiros de Corea del Sur estaba actualmente en Busan, su nombre era Kang DakHo.

-Hay denuncias de muertes humanas por culpa de vampiros queriendo alimentarse, ya van seis esta semana -dijo el tercer hombre, el que no había hablado en todo el rato, Jung HoSeok, el más callado de la corte, pero de buenas ideas y aportes- Pero no es nada, ¿Saben cuántos ataques de cazadores ha habido en esta semana? Los humanos y vampiros tenemos una guerra, y un tratado de paz no hará nada, es mejor terminar con esto de una buena vez.

-¿Qué propones, Jung? -una quinta voz resonó en el lugar, los cuartos miembros de la corte dirigieron su mirada al lugar de donde había venido la voz.

Ninguno había sentido la presencia del líder.

-Invadir el territorio humano, líder Kang -contestó HoSeok con respeto y un tono de voz seguro.

-Estamos hablando de una guerra, Jung, humanos contra vampiros, no estamos en edad media para estos enfrentamientos -el vampiro avanzó, su cara pálida, su aspecto joven, su caminar elegante, y su paso, seguro- Necesitamos un acuerdo de paz con los cazadores, ambos lados hemos tenido pérdidas, y ambos lados queremos algo del otro, al fin y al cabo los humanos han necesitado de los vampiros más de una vez y nosotros siempre, hemos necesitado de humanos, hacer un acuerdo de paz es lo más grande que podemos hacer, estaríamos beneficiando a los humanos, y a nosotros mismos.

Blood Deal || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora