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1 semana después.

Domingo.








Estaba tranquilo, todo estaba en silencio, la mansión igual de impecable que siempre, algo de brisa fresca entrando por las ventanas de la oficina.

BeomGyu suspiró mirando el cielo desde el interior de la oficina, abrochando poco a poco la camisa que había tomado de su esposo.

No se percató de los pasos hacia él, se exaltó cuando la puerta de abrió de sopetón, se volteó de inmediato, tomando la daga que había dejado sobre el escritorio.

Soltó un suspiro cuando observó a HaeChan.

—Oh... —fue lo único que salió de los labios del guardia, algo confundido.

—Maldita sea, HaeChan, no es la primera vez que esto pasa, ¿Acaso no sabes tocar la puerta? ¿Te cuesta mucho alzar la mano y anunciar tu presencia, cabrón? —preguntó en un tono tosco, molesto. HaeChan se quedó en silencio— Te hice una pregunta —exigió golpeando la daga contra el escritorio.

—No, señor Kang, no me cuesta nada —contestó entre dientes.

—Entonces hazlo, estoy harto de que entres a todos lados como si fueras tan importante —espetó BeomGyu de brazos cruzados, apoyado del escritorio.

—Está bien, señor Kang —asintió apretando las manos tras su espalda, odiándolo completamente por esa actitud altanera y prepotente.

Él no era así cuando llegó, TaeHyun lo volvió así.

—A todas éstas, ¿Qué querías? —preguntó con una ceja arqueada, mirándolo en espera de una respuesta.

—Traía información urgente para el señor Kang.

—Él no está —contestó alzando los hombros. TaeHyun había salido hace dos horas de la mansión a resolver un asunto en la corte vampiro, HaeChan llegó hace treinta minutos, era lógico que no supiera de la ausencia del líder.

Por otro lado, HaeChan sintió una incómoda sensación en la boca del estómago, molestia.

Había entrado como siempre, no había casi nadie del servicio y no preguntó por la presencia del líder porque había captado su aroma junto al aroma de la sangre del humano, supuso que ambos estaban juntos.

Pero ahora se daba cuenta que sólo era BeomGyu. Quién tenía impregnado de pies a cabeza el aroma del líder.

Se la pasan tan pegados...

Volveré cuando llegue entonces —avisó dándole una reverencia forzada a BeomGyu.

—¿Por qué eres tú el único guardia que entra y sale de la mansión cuando quiere? —preguntó antes de dejarlo salir, HaeChan se quedó de espaldas.

—Soy el guardia de confianza del señor Kang, por eso tengo ese permiso —contestó mirando de reojo como BeomGyu caminaba por la oficina con confianza.

—A partir de hoy no —mencionó en un tono casi burlón, HaeChan frunció el ceño y volteó a verlo— Estoy harto que entres a cualquier hora y en cualquier momento, como si fueras uno de nosotros. Puede que esté teniendo sexo con esposo y tú entres de la nada ya que eres un imbécil que no sabe tocar las puertas, y no solo por eso, hay algo que se llama privacidad y no me gusta, odio, que interrumpan esa privacidad —explicó acercándose unos pasos a él, mirándolo por sobre su hombro.

—Si el señor Kang me da este acceso es por-...

—No me importan las razones —cortó alzando una mano para callarlo, HaeChan apretó más sus manos, encajando sus uñas en sus palmas— No tienes más acceso a la mansión sin permiso.

Blood Deal || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora