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Cómo en toda generación de líderes y familias con poder, tendría que haber un primogénito que heredara tierras y liderazgo en cuanto fuera preciso o en cuanto el líder actual falleciera.

Así había sido siempre y se seguía manejando así, uno tras otro iba tomando el puesto, dejando su cosecha al siguiente heredero.

Choi JaeSang, el antiguo líder de los cazadores, padre de JunSeo y quién por muchos años pensó que era su abuelo.

Recordaba muy poco del hombre y era rara vez que lo llegó a ver en la infancia, y cuando lo hizo, el hombre no se veía muy interesado en él.

Ya sabía el porqué.

—Es irónico, ¿No? —preguntó BeomGyu irguiéndose en su lugar, caminando unos pasos al hombre que lo observó con el ceño fruncido, JaeSang ya tenía canas en las cejas y el cabello, arrugas en las manos y en el cuello, pero había mantenido su condición física.

—¿Qué haces aquí?  —preguntó entredientes, BeomGyu rió.

—¿No es obvio? Visito a mamá y a papá —señaló con burla, caminando al altar, miró la foto con una sonrisa— Si hubieras visto como quedaron... Te hubieras muerto de un maldito infarto —pensó alzando una mano, derribando una de las velas que de inmediato incendió las flores cercanas, el fuego propagándose por todas las flores.

—¡Guardias! —llamó el hombre, mirando a BeomGyu retroceder con una sonrisa, carcajeando cuando observó como las llamas llegaban al cuadro, quemando la foto poco a poco.

—Es una foto, no es tan importante —chistó mirando a los guardias moverse para apagarse, miró de reojo a alguien acercarse, se colocó en posición de batalla, evitando todos los ataques y empujando al guardia por el pecho, tomó uno de los cuadros y lo golpeó en la cabeza, sacó una daga y la enterró en el ojo ajeno, empezó a girarla, sonriendo cuando escuchó un grito de agonía del cazador bajo él.

Se separó con el globo ocultar aún enterrado en la daga, esquivando un ataque de otro cazador.

—¡BASTA! —ordenó JaeSang, sacando un arma de su saco, BeomGyu miró el globo ocular en la daga, lo tomó con las manos, y lo arrojó a sus espaldas, caminando al hombre viejo que lo observó con odio— No sé porque no se deshicieron de ti...

—Yo lo hice primero —contestó mirando al viejo apuntar el arma hacia él, BeomGyu soltó una carcajada, acercándose más, dejando que la boquilla quedara en el centro de su pecho—  ¿Me vas a disparar? ¡Hazlo! Sabes que yo no estoy aquí por gusto, o por ocio... Sabes que vengo por algo que quiero a cambio de algo que tú quieres... Pero si no estás de acuerdo, dispara —animó tomando con su mano libre la muñeca del hombre, los cazadores tensos en su lugar, JaeSang lo vio fijamente.

—¿Qué tienes para darme?

—La pregunta es, ¿Qué tienes tú para darme a cambio de lo que yo te daré? —preguntó BeomGyu subiendo la muñeca del hombre, el arma quedó a nivel de su cara, le sonrió mirando al hombre con una mueca de molestia.

Actualmente, quien tenía todas las de ganar, era BeomGyu.

JaeSang lo sabía, desde que lo vió y recibió información de la situación del lado vampiro, sabía que se vendría algo grande y del que debía sacar provecho.

Pero la imagen que tenía frente a él era una imagen de un hombre maniático, un asesino y con un brillo juguetón en sus ojos que lo inquietaba.

—¿Dinero? —preguntó el hombre apretando el arma cuando BeomGyu soltó una carcajada.

—¡Me pudro en dinero, JaeSang! —dramatizó dándole un empujón a la muñeca ajena, se dió la vuelta, caminando hasta el cuadro que ya estaba fuera de fuego, solo los bordes inferiores algo quemados, miró la cara de Haneul— Cuando amamos a alguien... Damos todo lo que tenemos por él... Hacemos todo lo que podamos hasta tenerlo con nosotros... —narró lanzando la daga al aire, encajando justamente en la frente de Haneul.

Blood Deal || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora