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—Ya llegué.

—No debes avisarme cuando llegues todo el rato —habló BeomGyu descansando acostado en un sillón, apoyando su mentón en sus brazos cruzados, Kwan rió dejando una bolsa en la mesa de la cocina, quitando su chaqueta, debajo de ella una camiseta de tirantes que revelaba un tatuaje en su brazo, un dragón expulsando humo de la nariz, con otros detalles que BeomGyu no apreció porque el hombre se movió.

—Prefiero avisar antes de que me avientes una daga pensando que soy el loco de tu marido —explicó causando una pequeña sonrisa en BeomGyu que suspiró mirando lo que el otro sacaba de la bolsa, comida instantánea y otro pedido aparte de comida rápida.

—Kwan.

—Dime.

—Quiero ver... Tu tatuaje —pidió levantándose del sillón para ir con el otro, el hombre le dió una mirada antes de enseñar su brazo, dejando que lo viera.

BeomGyu dejó su mano izquierda en el brazo ajeno, pasando sus dedos por la piel impregnada de tinta.

Kwan se quedó estático, mirándolo con su típica ceja arqueada.

—Es muy hermoso, me gusta —afirmó subiendo su mano al hombro ajeno, llegó su mano al cuello de Kwan que estaba estático, solo viéndolo con curiosidad y algo de alerta.

BeomGyu miró su propia mano pasar por la piel ajena, sus dedos acariciando el cuello de Kwan.

—Tu sabes cosas de mi, así como yo sé cosas de ti... Conozco tus delitos incluso...

—Ve al punto.

—¿Qué quieres tú de mi, Kwan? —preguntó directamente conectando su mirada al otro que no la desvió. Hubo un momento de silencio entre ellos. Tensión.

—Tenemos un trato y un nego-...

—No, Kwan —cortó frunciendo el ceño— Te estoy preguntando más allá de eso, dime, ¿Quieres tener sexo conmigo? —preguntó de nuevo, más directo, Kwan cruzó los brazos, cambiando su peso de pierna.

—¿Se nota? —preguntó con una sonrisa ladina, BeomGyu suspiró llevando sus manos al borde de su playera, quitando la prenda para arrojarla al suelo, de inmediato la mirada de Kwan fue a las perforaciones en cada pezón, piezas plateadas que llamaron por completo su atención— Cómo sabes... Me gustan las cosas bonitas, y tú no eres la excepción.

—Tengamos sexo entonces, Kwan.

—No —negó el hombre muy seguro, BeomGyu frunció el ceño con confusión, Kwan rió, burlándose de su expresión.

—Tu-...

—Si si, quiero cogerte porque eres lindo, sexy y todo lo que quieras, pero no me gustaría hacerlo en contra de tu voluntad, tal vez soy un criminal pero no soy un monstruo —señaló tomando asiento en la mesa, abriendo un envase de comida, arroz chino.

—¿En contra de mi voluntad? ¡Me estoy ofreciendo!

—¿Lo haces porque tú también quieres acaso? ¡Ja! Cuéntame otro chiste —rió abriendo otro envase de comida, ensalada. BeomGyu tomó asiento en la silla frente a Kwan.

Para ser un criminal del nivel de Kwan, se necesitaban agallas y una mente muy calculadora y precisa.

Y saber muy bien como leer a sus víctimas.

Claro, BeomGyu no era su víctima ni mucho menos, pero, estaban en un negocio y era inevitable no poder leer al otro en cualquier momento, además de analizar sus comportamientos y acciones.

Kwan ya se hacía una idea de la mayoría de cosas, así que el que BeomGyu le ofreciera sexo al inicio a pesar de haberlo emocionado, sabía de antemano que no lo hacía por voluntad.

Blood Deal || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora