Blood Deal || TaeGyu

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¿Qué podía hacer Haneul en contra de los vampiros? Una niña que siquiera sabía sobre la muerte de sus padres y que su hermano no seguía siendo el dulce hombre que recordaba.

Haneul se había quedado en esa época y era muy pequeña para afrontar todo aquello que había pasado en su encierro, no lo merecía, además.

—Los cazadores saben que ella está viva, no tardarán en intentar recuperar a la heredera —opinó TaeHyun caminando tras él.

—¿Eso es algo que te preocupa? —preguntó BeomGyu con el ceño fruncido— No creo que los cazadores sin algún líder aún decidan moverse por sí solos y menos para rescatarla, sabiendo que deben esperar años para que pueda tomar el mando —opinó. TaeHyun metió las manos en sus bolsillos mientras alzaba los hombros.

BeomGyu miró a los guardias, pidiendo paso a la habitación en dónde Haneul había estado todo ese tiempo. Dejó a su esposo a un lado, entrando sólo a la habitación que parecía estar vacía.

Frunció el ceño mirando a los lados, TaeHyun cerró la puerta a sus espaldas, dejándolo adentro.

—Haneul —llamó mirando a los lados, escuchó unos pasos rápidos. Haneul apareció frente a él con emoción, cerrando la puerta de lo que parecía ser la habitación en la que había dormido todo ese tiempo.

BeomGyu se sintió extraño al ver la sonrisa de emoción de la niña que corrió hacia él. Se agachó a esperar su abrazo, sintió el pequeño cuerpo impactar contra él, la niña riendo emocionada, abrazando con fuerza a su hyung.

—¡Hyung, hola! ¡Lo extrañé mucho, mucho! —Haneul rió apretando al hombre en sus brazos, sintió una mano en su espalda, BeomGyu aún no le correspondía el abrazo.

En su otra mano tenía su daga, bien agarrada y con el filo apuntando hacia la niña.

—Lo extrañé mucho, hyung, ¿En dónde estaba? —preguntó en un tono triste, quedándose abrazada a su hermano, BeomGyu relamió sus labios mirando la daga en su mano.

—Estaba... estaba ocupado con el señor Kang —respondió estirando su brazo para tomar impulso con la daga.

—Oh... Bueno no importa, ahora está aquí conmigo, hyung —respondió volviendo a apretarlo entre sus brazos con una risita de emoción, BeomGyu sintió la mejilla de la niña apoyarse en su hombro.

¿Era capaz de hacerlo ahí mismo?

—Haneul —llamó a la niña que se separó un poco de él, mirándolo a los ojos.

Seguía viendolo con la misma admiración que le tenía, seguía viéndolo como su hermano mayor. Para ella nada había cambiado.

—¿Qué pasa, hyung? —preguntó dando un paso hacia atrás, la punta de la daga tocó su espalda y BeomGyu se movió con rapidez.

Soltó la daga y jaló a la niña hacia él, abrazándola de nuevo, mirando en el suelo su arma, brillante y sin uso. Sintió su respiración agitarse.

¿Qué conseguía matando a la niña?

¿Qué conseguía si no la mataba?

—¿Cuándo me puedo ir de aquí? —preguntó la niña apoyando su mejilla en él, sintiéndose confiada y relajada con su hyung ahí, aveces sentía miedo en las noches al estar sola, pero ahora que tenía a su hyung ahí, se sentía mejor, estaba feliz y una pequeña parte de ella estaba más relajada al caer en cuenta que su hyung no se había olvidado de ella.

BeomGyu pasó una mano por su cara, separando a Haneul de él para tomar su daga con rapidez, pasando desapercibido por la niña que a pesar de haber escuchado el sonido no estaba asustada, confiaba plenamente en BeomGyu.