XI.II

721 83 27
                                    

Seguía reclamando el porqué no contesté el mensaje, pero yo me limité a dejar los pies sobre la mesa de centro y a jugar en mi celular.

— Saori, te estoy hablando.

— Ajá.

— Sa...

— Hay un juego muy divertido — interrumpí, sin despegar la vista de mi teléfono —. Se llama: "El que esté en silencio hasta que me vaya, le voy a dar un beso". Las reglas son simples: guardas silencio hasta que me vaya y te doy un beso. ¿Aceptas?

No respondió. Eso quiere decir que acepta. Bueno, igual, dignidad ya no tengo, la dejé en el útero cuando nací y se me olvidó recogerla.

Lo miré, estaba de brazos cruzados mirando el suelo. Sonreí burlona porque no pensé que lo fuera a hacer.

— Vaya, sí lo está haciendo — comentó Toga, que se inclinó ligeramente para verlo —. Qué divertido.

Seguí con mi juego. Toga continuó comienzo y él seguía en silencio. En la barra de notificaciones me llegó un mensaje, era Shota, que me decía que tengo que regresar porque alguien quiere hablar conmigo. Me estará esperando fuera de la cárcel junto con Hizashi.

— Rayos — murmuré —. Tengo que irme.

— Está bien — dijo Toga, terminando de comer — ¿Mañana podrías traerme otro?

— Claro — dije, poniéndome de pie y a pasos largos me dirigí a la salida.

— ¡Oye! — exclamó Dabi — ¡Mi beso!

— ¡Aún no me he ido, no te daré nada por tramposo!

Abrí la puerta, salí corriendo y cerré a mis espaldas.
Suspiré profundamente y comencé a avanzar.

Vivo con el pánico, con el miedo constante, de que me termine quemando viva al grado de no poder moverme por semanas.

Por más raro que parezca en este momento, ese tipo de discusiones las tenía con Touya.

Durante el camino no dejé de recibir amenazas de Dabi por el celular de Toga. A decir verdad, me daba más risa que miedo. Pero hubo una que me dio más risa que las otras:

“Si no me das ese beso, me voy a matar”.

“Espero que cuando salga del trabajo, aún alcance algún café en tu funeral”.

Idiota.
No voy a negar que me gusta sacarlo de quicio. Ahora es él quien se desespera con mi presencia. Qué bueno, a ver si ya me deja en paz.

Fuera del edificio estaban mis hermanos. Se veían decaídos.

Oboro Shirakumo era su mejor amigo cuando entraron a la UA. Desgraciadamente falleció en una misión, pero, lo que aún no entiendo... Es, ¿cómo puede estar vivo?

— No — negué —. No puedo entrar. No sé quién está allá adentro.

— Es nuestro... Digo... Es Shirakumo el que está dentro — dijo Shota. Sacudí la cabeza, no entiendo nada.

— Tu presencia aquí es de suma importancia para nosotros — dijo Hizashi. Suspiré.

Jamás lo conocí. Creo que falleció a los 17 o 18 años. A ellos los conocí cuando tenían 21. No tengo ni la menor idea de quién es, ni cómo es, nada de nada.

Ellos entraron primero. A pasos lentos entré pero con la cabeza baja. Seguramente, para ese hombre, se le hará extraño que entre con ellos ya que en su juventud no me conoció.

Judas; Dabi x OC x Hawks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora