XXXVIII.II

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Me terminaron sanando otra vez.
Ya hace una semana que fue de la guerra y no tengo permitido andar por la casa con paso libre. Sólo quiero caminar un poco porque las piernas, de tanto tiempo estar sentada sobre la cama, me piden a gritos movimiento.

Caminaba por los pasillos lentamente, apoyando mi mano en la pared y con la cabeza baja esperando no tropezar con algo y luego tener que pedirle ayuda a Touya para que me levante. Sería completamente irónico pedirle ayuda cuando no soy de las que piden ayuda y menos a alguien que me hizo tanto daño como él.

Cada vez que me acercaba a una habitación escuchaba ruido, eran voces.
Con curiosidad, divisé hacia adentro y el corazón me comenzó a latir a tal grado que parecía que se iba a salir de mi pecho.

Aún con el cuerpo dolorido y el cansancio por no dormir ni comer bien, entré a paso rápido, era la sala, y me acerqué a la pantalla para caer de rodillas.

— Keigo — susurré. Estaban en una conferencia. Ya no sonríe, tiene una cicatriz en la cara y el cabello corto —. Keigo — llevé mis manos a la pantalla para acariciar su rostro. Estaba hablando con una entrevistadora —. Keigo... Sácame de aquí, por favor — y solté el llanto. Las lágrimas mojaban la falda que Toga me dio —. Por favor, sácame de aquí, Keigo, por favor.

Llevé mis manos a mejillas para secar las lágrimas y en ese momento apagaron la televisión. Dejé de llorar y me encogí de hombros.

Por la pantalla oscura pude ver a Touya, estaba sentado en el sofá con ambos brazos extendidos sobre el respaldo, llevó su cabeza hacia atrás y suspiró. Sólo una vez lo vi hacer eso y me gustó, pero ahora le tengo miedo.

Se puso de pie y caminó hasta mí. Bajé la cabeza y mis manos temblorosas tomaban con fuerza la falda. Toga, ayúdame.

Aún no puedo hacer uso de mi Quirk porque el fuego afectó todos mis nervios y tardaré, a como dijo el médico, más de un mes en sanar.

— Creí haberte dicho que te quedaras en la habitación — dijo. Ya estaba detrás de mí.

— Yo... Quería salir... A caminar... — respondí —. No... No encontré a Toga y... Quería salir contigo.

— ¿Piensas que me voy a creer tus palabras luego de lo que hiciste?

— ¿Qué hice?

— Viste a ese bastardo por la televisión y te lanzaste a él.

— Fue un impulso, perdón.

Suspiró. Seguía con la cabeza baja, así que no puedo ver sus acciones, pero sí sentirlas. Tomó mi cabello con fuerza para alejarme de la televisión y caí de rodillas.

Lo iba a insultar, pero juré no hacerlo más que nada por miedo.

— Levanta la cabeza — pasé saliva e hice caso. Hace una semana que Toga me cortó el cabello porque estaba demasiado quemado y maltratado — ¿Por qué te lo cortaste así?

— ¿Cómo así?

— Como mi mamá.

Me levanté a duras penas y salí corriendo a trompicones de la sala.

— ¡Toga! — exclamé — ¡Toga! ¡Spinner! ¡Alguien, por favor!

— ¿Por qué corres? — preguntó desde la puerta de la sala. Me detuve. Di media vuelta, estaba mirándome confundido —. No te iba a hacer nada.

— Perdón... Pero no te creo...

Comenzó su caminata hacia mí. Di pasos atrás pero él se detenía casa vez que yo retrocedía. Suspiró profundamente y asintió.

Judas; Dabi x OC x Hawks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora