LIV.II

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Sólo es cuestión de distracción de ambas partes, tanto mía como de Keigo. De esa manera podremos derrotar a Touya. Seguía disparando llamaradas a nuestra dirección. Tomaban forma de ráfagas que, aunque me quemaran el cuerpo otra vez, no hacían más que rasguños en mi cuerpo. 

— ¿Me quiere quemar viva otra vez? — pregunté para mí misma —. Carajo.

Envolví las llamaradas con Soul para manipularlas y encerrarlas en esferas de mi poder. Le lancé una pero fue un grave error porque sólo sirvió para avivar el fuego que se encontraba alrededor de su cuerpo. Keigo, sin importarle nada, se acercó a Touya para hacerle alguno que otro corte en su cuerpo porque, aún teniendo la piel quemada, no deja de atacar a gran magnitud. Tuve que envolver de Soul a Keigo para que el fuego no le hiciera daño. 

— ¡Toda mi puta vida fui la sombra de otras personas! — gritaba mientras le lanzaba ráfagas de fuego a Keigo — ¡Fui la sombra de mi hermano Shoto, he sido tu puta sombra, Takami Keigo! — este, al intentar acercarse, recibió un puñetazo de Touya, sólo perdió el equilibrio pocos segundos. Antes de que Touya lo volviera a golpear yo le disparé pequeñas ráfagas de mi Quirk para detenerlo — ¡¿Qué te costaba dejarme el camino libre con Saori?! ¡Ella me conoció antes que a ti, yo debí de haber sido aquel que estuviera a su lado por toda la puta vida y no tú! — logró darle otro puñetazo pero Keigo se lo devolvió. ¿Qué putas madres estoy haciendo volando acá arriba en lugar de atacar? — ¡Te lo dije una vez, ¿no? Si Saori no es mía, no será tuya tampoco! 

El fuego siguió subiendo de temperatura y las llamas no dejaban de crecer. Miré a la izquierda, el mar está ahí. Volé a velocidad hasta allá, lancé una estela para levantar una gran cantidad de agua que atraje hasta la dirección de la pelea. El escarlata desapareció del agua que le servía como retenedor, el mar se acercaba a nosotros y no tuve de otra más que ir por Keigo. Sí, puede ser veloz, pero no se espera esto.

— ¡Keigo! — grité y ellos dejaron de pelear para ver el agua. Pasé a velocidad al lado de Touya pero... No sirvió de nada alejarme porque tomó de mi tobillo. Le disparé una estela en la cara para que me soltara, él respondió a mi ataque liberando el fuego en mi tobillo, y aunque ahora sí me quemó, no me importó y alcancé a Keigo para tomarlo de sus costados y alejarnos más rápido. Me elevé para quedar sobre la cornisa de un edificio mirando como el agua bajaba el fuego y la temperatura del lugar —. Eso no lo mató — dije y me quité la bota para ver la quemadura en el tobillo. Respiré hondo y volví a ponerme el zapato —. Tendré que hablar con él.

— ¿Qué estás diciendo? — preguntó alterado. El agua comenzó a esparcirse y dejó ver a un Touya tirado en el suelo, tosiendo, sacando el agua de sus pulmones. 

— Escucha... — lo vi, sus pupilas tiemblan de miedo, temor por perderme —. Touya necesita salvación, sí... Pero, aunque me duela, tendré que ser yo quien lo mate, así que... Antes de eso... — miré de nuevo hacia abajo, hacia la dirección de Touya, aún seguía en el suelo —. Tengo una cuenta pendiente con él.

— Te va a matar — caminé hasta él sólo para sostener sus mejillas y besarlo. Soltó un graznido y, aunque fue algo torpe su movimiento por corresponder, esperé segundos para que me siguiera el ritmo.

— Ten presente que aunque eso me pase, en cualquier lugar donde esté... — acaricié sus mejillas —. Siempre vas a ser mi obra de arte y te voy a admirar en cualquier momento. 

Di pasos atrás y descendí del edificio con mis brazos extendidos a los lados que me sirven de equilibrio al bajar. En ningún momento dejó de mirarme. Estaba atento a mis movimientos y yo estaba alerta. Alerta por si me piensa atacar de nuevo.

— Desciendes como Santa María — dijo y me frené en seco. 

Siempre que estabamos solos en la guarida de la Liga, yo ponía algo de musica porque quería despejar mi mente. Y siempre, siempre, él ponía esa canción. 

Judas; Dabi x OC x Hawks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora