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Antes de que AFO atacara a Endeavor, me acerqué sólo para depositar un puñetazo en su cara para alejarlo de nosotros.
— ¿All Might? — preguntó aturdido Enji. Lo miré y levanté mi dedo pulgar mientras sonreía — ¿Cómo...?
— Fue mi nieta — respondí. Enji sabe que Saori adoptó a Eri y que ahora es mi nieta. Me siento muy bien y tranquilo al ver que todo el mundo sabe la verdad, la que todos debieron de haber conocido desde el inicio.
— ¿Nieta?
Y luego de 12 años, escuchar su voz otra vez, es como llevarme a mi etapa de 15 años donde la veía sentada hasta atrás sin socializar con nadie, me lleva a la primera impresión que tuve de ella y fue cuando trabajamos juntos en ese examen contra Gran Torino y demostró habilidades excepcionales.
Escuchar a Naoko después de años es sentirme vivo otra vez.
La miré, no ha cambiado nada. Cuando se encontró conmigo, frenó en seco y bajó la cabeza con vergüenza.
— Perdón por haberme ido así — dijo. Llevó su mano izquierda a su brazo derecho para rascarlo. AFO aún no salía de los escombros gracias al golpe que le di, así que caminé hasta Naoko sólo para tomar sus mejillas y besar su frente — ¿Yagi? — preguntó confundida y sonrojada. Reí al verla con sus mejillas carmesí — ¡No rías, carajo!
— Estoy agradecido de que no hayas muerto — dije y volví a besar su frente. Cuando quería besar sus labios tenía que pedirle permiso, pero, se ve tan apenada por haberse ido a otra dimensión, que no quiere ni verme a la cara —. Naoko...
— Perdí a nuestro hijo, Yagi — dijo con la voz temblorosa —. Perdóname...
— Hey, oye — hice que volviera a levantar la cabeza, tenía sus ojos cristalizados. Jamás me gustó verla así —. Tranquila, tranquila... No estoy molesto ni nada de eso, todo está bien, ¿si? — volvió a bajar la mirada —. Tus ojos siguen igual de hermosos desde los 15 años.
— Ya cállate — dijo entre dientes y reí para luego abrazarla. Se separó de inmediato de mí, compartimos miradas pocos segundos hasta que comenzó a levitar para abrazarme del cuello. Siempre hacia eso. La sostuve de la cintura con mis brazos —. Te extrañé demasiado, Yagi.
— Y yo a ti, Naoko.
Di un beso en su mejilla para luego separarme de ella. Quedó a cortos centímetros de mi rostro, tenía la tentación de besarla pero ella sonrió y bajó al suelo.
— ¿Qué? — preguntó, mirando a Enji. Este negó.
— Fue culpa mía — dijo. Suspiré. Sí, sí sabía que habían tenido una pelea y por esa razón Naoko se tuvo que ir. Pero, el mismo Enji me dijo que no estaba seguro de haberla lastimado al grado de matarla, que sólo quería alejarla de su familia y que Saori no se acercara a sus hijos.
