Perdí la noción del tiempo pero, me quedé dormido. Cuando abrí los ojos, me di cuenta que ella ya había despertado pero no quería moverse para no despertarme.
— Saori — pasé mi mano por su cabello, ella suspiró profundamente.
— Dabi.
No me digas Dabi, dime Touya.
— Tengo que irme.
— Lo sé.
Lentamente la fui soltando hasta que se puso de pie. Me quedé sentado en el sofá, mirando su cuerpo ligeramente atlético y esbelto. Tenía la tentación de tocar su cintura, no me pude resistir y la toqué.
— Dabi, ¿qué...? ¿Qué estás haciendo? — preguntó confundida. Mis manos se paseaban por su cintura, subiendo y bajando con lentitud. Su cuerpo se estremecía por mi tacto —. Dabi.
— Siéntate — ordené. Miré hacia la ventana, todavía está oscuro.
— Dabi — dio media vuelta para verme. Retiró mis manos de su cintura al sujetar mis muñecas —. No sigas, ya basta. No va a volver a pasar lo de la otra noche.
— Sé que quedaste satisfecha — dije. El color que tomaron sus mejillas combinaba con su traje —. Lo sé. Lo vi en tu mirada ese día. Me lo dijiste también — no expresaba palabra alguna, no emitía algún sonido ni un movimiento; me miraba a los ojos firmemente —. Estabas malherida y no podía estar contigo de la manera que ese momento ameritaba.
— Me tengo que ir.
Soltó mis manos y se dio media vuelta. A pasos largos, se dirigió a la salida hasta que algo la hizo desistir. Se quedó quieta cerca de la puerta.
Vi que hizo un movimiento con su brazo izquierdo. Duró pocos segundos así hasta que escuché cómo resopló.
— Te puedo quitar el estrés de otra forma — dije, subiendo los pies a la mesa de centro. Ella negó cabizbaja.
— Voy a venir en la tarde — dijo, abriendo la puerta —. Quizá traiga algo de información, espero que Shigaraki se encuentre a esa hora.
— Procuraré avisarle.
— También... — miró sobre su hombro —. Ve contando las veces que te he agradecido.
— ¿Por qué?
— Sólo hazlo.
— ¿Está... Bien?
— Gracias por... Haberme ayudado hace horas.
Dijo, salió y cerró. ¿Por qué me habrá hecho esa petición? Pero... Haciendo un recuento... Ya van tres veces las que me ha agradecido.
Saori tiene algo en mente.Y si le sigo el juego, terminaré cayendo en una trampa que no podré salir.
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