9. Convivencia familiar pt. 2

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Si había algo que preocupaba a Beomgyu eran las llamadas repentinas de su ex cuando este tenía al niño. Siempre pensaba lo peor, entonces luego sentía un poco de calma cuando era porque Jungwon extrañaba su voz o para preguntarle algo sin mucha alteración.

—¿Kang?

—Sí, soy yo —respondió— Oye, este... resulta que Won acaba de hacer un berrinche y no lo puedo sacar del auto.

—¿Le hiciste algo?

—No. No soy un niño, Choi.

—Lo sé, solo quiero saber la razón de tal berrinche.

Escuchó un suspiro de cansancio proveniente del otro lado de la línea. Sabia que no estaba siendo fácil lidiar con Jungwon e incluso ya había pensado llevarlo con un psicólogo intuyendo la razón de ese nuevo comportamiento. Pero recibir una llamada de Taehyun por esa razón sólo significaba que se habían agotado los recursos.

—Creo que quiere estar contigo —escuchó casi como un murmuro.

—Se fue muy feliz esta mañana.

—No lo sé Beomgyu, ¿podrías hablar con él? Si no se calma nos tendremos que devolver.

—Pásame al niño, hablaré con él.

—¿Papi? —la voz emocionada de Jungwon le sacó una sonrisa.

—Hola tesoro, ¿cómo estás?

Podía burlarse todo lo que quisiera de Soobin, pero él era otro que se ablandaba por completo ante su pequeño.

—Bien.

—¿Seguro?

—Papi, debes venir —pidió el niño— hay muchos árboles como te gustan.

Se le apretujaba el corazón de ternura con la voz de su bebé. Exceptuando lo astuto que era su hijo para obtener lo que quería, adoraba su capacidad de recordar los detalles pequeños. Él amaba la naturaleza y Jungwon nunca iba a olvidar eso, entonces es suficiente.

—También hay árboles cerca de casa, ¿quieres ir al parque cuando vuelvas de tu día con papá?

Rezaba para que el pequeño accediera. Aunque por vago faltaba a la misa los domingos, sabía que Jesús lo iba a escuchar. Por favor, por favor, Jesús, por favor.

—¡Aquí hay más!

Está bien, entendía que no estaba siendo un feligrés fiel. ¿Cómo tenía la desfachatez de pedir algo al cielo?

—Pero esos son para que los observes solo con tu papá, yo estoy muy lejos —oyó a Jungwon sorberse la nariz, y perdiendo la vergüenza volvió a rezar. —Así tendrás doble día de campo, ¿no es genial?

Taehyun por su parte solo miraba atento todo lo que acontecía dentro del auto. Vio las diferentes expresiones que hicieron aparición en el rostro del niño. Todas a un paso de convertir las en otro berrinche. Pero no fue hasta que lo vio cristalizar los ojos y sorberse la nariz que temió verdaderamente.

—¿Le daremos gomitas a los pájaros?

Una pequeña carcajada lo sacó de órbita. Había sido Beomgyu, tras el teléfono, el portador de la melodía. Era una risa contagiosa, incluso si era corta y sabía que este abría de más los ojos y la boca. Siempre había tenido una risa infantil y bonita, la que en un tiempo lo encandiló bastante.

—¡Papá, papi quiere hablar contigo!

La voz y las manos de Jungwon golpeando su estómago lo hicieron volver a la Tierra. Entonces tomó el teléfono y tuvo que aclararse la garganta antes de empezar a hablar.

Todo doble | Taegyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora