Todo doble | Taegyu

35. Cómo estás

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Beomgyu de brazos cruzados se encontraba recostado de una de las paredes de la habitación. Estaba haciendo algún tipo de huelga pacífica en la que exigía ser liberado. Aunque no parecía tener muchos frutos.

—Vamos, Gyu, usa la ropa que te estoy dando.

—En casa tengo mi propia ropa, gracias —se negó.

—De igual forma, no te vas a ir.

—Eso es secuestro, Kang Taehyun.

El aludido bufó frustrado y quejándose mientras se acercaba a Beomgyu con la ropa que había sacado para él en las manos.

—Si te apareciste en mi apartamento para hablar conmigo y me dijiste todas esas cosas no puedes pretender que ignore todo y te deje ir —intentó razonar con Beomgyu.

—Tú no quieres hablar —contraatacó.

—¿Sabes lo que quiero? Sé que tienes una idea y te conviene más ponerte la ropa si quieres que me quede tranquilo.

Beomgyu se quedó callado. Se hacía una idea, pero le resultaba un poco dudosa por los pensamientos que se habían instaurado en su cabeza. Así que rendido tomó la ropa y se dirigió al baño para cambiarse.

Se sentó en la tapa del baño por un rato intentando organizar sus pensamientos. Porque si bien todo se sentía bien, ¿era realmente lo correcto? Sabía que era el culpable de muchas cosas y que otras estaban simplemente fuera de su control. También está consciente de que lo que pasó aún no se ha acabado y que lucha constantemente con eso.

Teme que vuelva a pasar. Sentir tanto autodesprecio que no sea capaz de percibir el amor ajeno. Ya que incluso allí, con Taehyun mirándolo de esa forma que tantas veces adoró, lo pone en duda.

Además, si llegan más allá; si Taehyun intenta desvestirlo, ¿dejaría que lo haga? Esas cosas en su cuerpo siguen ahí, disimuladas por el ancho de la camisa y los pantalones de talle alto que siempre usa. Pero es el mismo cuerpo que los separó.

—Tardaste mucho —dijo Taehyun cuando por fin salió del baño.

—Usaré el lado izquierdo de la cama —fue lo que dijo caminando hacia él.

—Lo sé.

—Pues ruédate un poco, es lo suficientemente grande, ¿no crees?

—Lo que considero un problema ahora, porque me gustaría que fuese más estrecha.

Beomgyu intentó hacerle caso omiso a sus palabras y se acostó en el lado vacío de la cama buscando arroparse bien con la colcha. —Buenas noches —dijo para cerrar los ojos.

—¿En serio? —preguntó Taehyun con tono ofendido.

—Tú no quieres hablar —le recordó Beomgyu.

—Está bien, —se rindió— hablemos.

Beomgyu sonrió victorioso y algo asustando sentándose en la cama.

—Haz las preguntas que quieras —dijo sintiéndose nervioso por su mismo mandato.

—¿Cual sea? —Beomgyu se tensó, pero asintió— ¿Quién es la persona que te envió las flores? —hizo la primera pregunta mirando hacia un lado rascándose la nuca.

—Es un cliente al que había conocido en el supermercado y a quien recientemente le vendí un apartamento —contestó aliviado de que esa fuese la primera pregunta.