41. Resistencia pulmonar

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Ya es bien sabido que los parques son los lugares favoritos de Beomgyu. Sin embargo, le gusta agregar otro a la lista. Uno por el cual está dispuesto a sacrificar la fresca hierba y la sombra de los árboles. Y aún si se lo permiten, quedarse allí por siempre.

Ese lugar es Taehyun cuando lo besa. Como en ese momento en que cree que no puede respirar, pero tampoco separarse de él. Le encantan las manos escurridizas que le delinean el cuerpo haciéndole olvidar su forma, y la suavidad de sus labios sobre los suyos que a la vez se sienten demandantes.

No pudo más y se separó, viendo a Taehyun a los ojos fijamente buscando algo que ni él mismo sabe que es. O al menos intenta olvidar. Algo como una mirada de rechazo o unas palabras crueles que nunca llegan. En cambio, Taehyun parecía mirarlo con tanto deseo que lo abrumaba.

—Tienes más resistencia que esto, Dulzura —se burló Kang chocando sus frentes.

—He perdido práctica —sinceró.

—Si me dejas quedarme esta noche prometo que te ayudo con eso.

—¿Qué tal si te quedas para siempre? —susurró tímidamente arrepintiéndose al instante.

Las manos que aguardaban al rededor de su cuerpo lo abandonaron y de pronto sintió que lo había vuelto a arruinar todo. Él mismo lo había echado, ¿cómo se atrevía a pedirle que volviera?

—No puedes decirme eso ahora —ahí estaba—, los vecinos me denunciarían si hago una mudanza a esta hora —claro... espera, ¿qué?

—Puedes tomarte el tiempo de pensarlo.

—¿Pensar el qué, estar contigo todo día? Me apunto.

Beomgyu ya no quería mirarlo a los ojos. Había tanta sinceridad en ellos que le incomodaba no encontrar una excusa para aplazar lo que él mismo había propuesto. Todo culpa de lo mucho que los besos habían nublado su razón.

—Taehyun, esta es una decisión importante —dijo esquivándolo ya que este se había lanzado a besarle otra vez.

—Lo sé, Dulzura —bufó quejándose de que Beomgyu no lo dejara acceder a él.

—Y necesitamos platicarlo —agregó quitando las manos de Taehyun de sobre él.

Caminó al rededor de la habitación buscando su teléfono hasta hallarlo en el tocador. —¿Qué momento de mañana tienes libre? —le preguntó a Taehyun.

—Luego del trabajo, ¿por qué?

—Para que podamos conversar con tranquilidad.

—Podemos hacerlo ahora, Gyu.

—Es casi media noche.

—¿Y ahora qué haremos?

—Dormir —sentenció Beomgyu volviendo a la cama.

Quitó la sábana para arroparse con ella y se colocó de espaldas a Taehyun.

—Lindo, ese no fue el trato —refunfuñó ignorado—. Se supone que te ayudaría con la resistencia de tus pulmones, no a conciliar el sueño.

—El sueño es importante.

—El sexo también.

Beomgyu se sobresaltó quedando sentado de un golpe.

—¿Qué dices? Duérmete, Kang —le mandó empujándolo por los hombros. Sin embargo, Taehyun aprovechó el movimiento para hacerlo volver a acostarse quedando sobre él.

—Dulzura, —susurró contra sus labios—, soy un ser humano débil, débil por ti, ¿lo sabes? —la respiración errática de Beomgyu le golpeaba el rostro y aquello lo hizo sonreír con suficiencia—. Solo dejemos de aplazar lo que un día va a pasar.

—Tae, Wonie está en el otro cuarto —Beomgyu intentó disuadir.

La pequeña carcajada de Taehyun sacudió sus sentidos logrando que quisiera dejar toda su cordura atrás. Ser el amante Taehyun y no el padre de Jungwon, sonaba bien por al menos una noche. Y no sabía si debía seguir siendo fuerte o ceder. Al menos hasta después de la conversación del día siguiente.

—Prometo que sólo tú y yo nos vamos a enterar —fue lo único que Taehyun dijo antes de volver a besarlo.

Aquello se convirtió en una sesión más larga de la esperada. Algunos besos se escaparon de sus labios yéndose por el mentón, las mejillas y el cuello de Beomgyu. Pero siempre volvía allí, donde había un cuerpo intentando extraer el alma del otro mediante las caricias de sus labios.

La mano de Taehyun ya se estaba colando por lugares que hacían que Beomgyu quisiera apretar sus piernas, solo que estaba siendo impedido por una rodilla ajena entre ellas.

—Tae —nombró en un intento de soltar el aliento retenido.

Los labios de Taehyun, que estaban ocupados probando su cuello y hombro, se curvaron una sonrisa. Lentamente subió a su oído y susurró, con una voz relajada: —Resiste, Dulzura, disfruta un poco más.

Beomgyu no lo creía. No era capaz de seguir cuando sentía que todo su cuerpo se quemaba. Sentía los latidos del corazón en todas las partes donde Taehyun, aunque sea, había rozado. Además, ser silencioso le estaba costando de una manera desgarradora. Estaba seguro que terminaría haciéndose alguna herida con sus propios dientes.

Buscó el cuerpo ajeno con el suyo acortando la distancia y fue bien recibido cuando la fricción que deseaba se hizo realidad. Incluso escuchó un quejido que lo hizo complacido. Al menos, no era el único sufriendo.

Aprovechó aquel momento de vulnerabilidad para impulsarse y quedar, esta vez, sobre Taehyun.

—Se gentil, Dulzura.

La petición sólo hizo que se engrifara su piel y que se activara la necesidad de experimentar hasta qué punto sus acciones dejaban de ser gentiles. ¿Serían las mismas expresiones de siempre o habrá cambiado algo en él? Quería comprobarlo. Si se seguía retorciendo al sentir su respiración detrás de la oreja y si seguía siendo posible sacar el lado de Kang más salvaje y engreído solo al hacerse el desvalido.

Cuando sus pieles entraron en contacto con el frío aire de la habitación, Beomgyu pudo comprobar cada una de sus memorias. No había sido producto de su imaginación. En verdad, por años, fue el agraciado por sentir a Taehyun en todas las formas posibles. Y se sentía amado y exclusivo de maneras que le daba vergüenza siquiera imaginar.

—Tae, bebé —lo llamó como pudo, como su respiración entrecortada lo permitía —acércate.

Su única forma de acabar esto sin causar estragos era volviendo a esos labios, a su lugar favorito. Porque está dispuesto a ahuyentar la más grande de sus inseguridades si está siendo sostenido por esos brazos y besado de esa manera. Ni la sombra más agradable ni el pensamiento más dañino pueden ganarle a Taehyun y su forma de hacerlo sentir vivo y en casa.

🧸

Mi capítulo más personal, xd.

Aquí para echarles agua fría, jajaja. En fin, ¿qué les pareció? Creo que desde uno de el one shot Tabaco y Chanel lo narraba una escena tan "romántica". Ayuda, ahora quiero que la tierra me trague.

En fin, recuerden que les quiero mucho, pero nunca tanto como Tae y Gyu se quieren entre sí. Ya eso es avaricia.

¡Moatori se despide! <3

Pdt: aprecien la canción de este cap porque es de mis favoritas en el mundo mundial.

Todo doble | Taegyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora