. . • ☆ . ° .• °:. *₊. . • ☆ . ° .• °:. *₊☆° .. . • ☆ . ° .• °:. *₊Amar es una decisión, pero una que te toma por sorpresa. Taehyun cree que fueron un montón de circunstancias las que hicieron que amara a Beomgyu. Primero, convenció a Yeonjun de ir a una fiesta en vez de salir de cita con su novio. Segundo, accedió a que el novio de Yeonjun llevara a su amigo. Después, los tragos ayudaron bastante, porque está consciente de que en sobrio estado no hubiese sido capaz. Luego, agradece a la oscuridad intermitente que ocultó que se estaba muriendo por hablarle al chico bonito. Por último, si Beomgyu lo hubiese rechazado la primera vez quizá no hubiese seguido insistiendo.
A Taehyun le gusta recordar cuando aún no salía con Beomgyu y todo era un juego mutuo de poder. Incluso tiene, en su mesita de noche, una foto que le tomó a Beomgyu sentado en el pasto mientras evadía una clase que odiaba. Cualquier cosa de ese tiempo le provoca una nostalgia que le agrada.
Solía burlarse de Yeonjun por parecer un idiota cuando se enamoró de Soobin, pero reconoce que él fue peor. Se escapaba de las fiestas para llevarle snacks y matcha latte a Beomgyu a la biblioteca cuando intentaba salvar una materia a la que había faltado la mitad del semestre. Y, a veces, se saltaba las suyas para acompañarlo hasta que estuvo a punto de reprobar una y el mismo Beomgyu lo regañó. Ese día se enamoró más. Así de tonto estaba.
En el presente, con un hijo en común, un divorcio y una reconciliación parcial, asegura que amarlo es la decisión más coincidencial de su vida.
Mientras se decidía entre una rosa o un clavel pensó en cómo hubiese sido su vida si no hubiese convencido a Yeonjun de ir a esa fiesta. A veces le gusta creer en el destino y pensar que hubiesen estado juntos de cualquier manera, pero el día en que Beomgyu rompió con él dejó de creer en el destino. Esta vez quería volver a tener un poco de fe.
—¿Es para su novia, joven? —preguntó la tierna señora que atendía el local.
—Para mi esposo —dijo sin pensar, y cuando reparó en su respuesta quiso corregir, pero ya era tarde.
—Pues le recomiendo el clavel.
Taehyun observó la flor y trató de evitar imaginar cómo sería dársela.
—Aunque —continuó hablando la señora— si es para pedirle perdón por algo entonces deben ser dos rosas.
Salió de allí con las manos ocupadas y condujo hasta la casa. ¿De Jungwon, de Beomgyu o de todos? Había sido su hogar, pero se convirtió en un lugar más guardado en la aplicación de GPS. Aún no sabía cómo llamarla así que seguía estando como "home".
Jungwon se movía como loco en la casa. Saltaba en el sofá y se lanzaba de este al suelo como si fuese un superhéroe. Corrió por todos los pasillos y ensució la primera ropa que Beomgyu le ayudado a escoger luego del baño. Todo porque su papá había confirmado su visita.
Cuando el timbre sonó quiso correr hacia la puerta, pero Beomgyu le dio una mirada de advertencia que lo hizo reconsiderar su misión. El adulto fue quien se acercó a la puerta y al abrirla la soltó y corrió adentro como mismo le había prohibido a Jungwon.
Extrañado, Jungwon se asomó y vio a su padre entrar haciendo malabares con un par de cosas en sus manos.
—¡Papá! —gritó emocionado yendo hacia él.
Taehyun se arrodilló para quedar a su altura y fue recibido con un abrazo. Depositó un beso en la frente de Jungwon y le extendió algo. Era una rosa blanca, cuidadosamente preparada para él, sin espinas y envuelta en un papel con grabados de osos.
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Todo doble | Taegyu
FanfictionKang Jungwon es el niño más afortunado del mundo: él tiene todo doble. Fiestas de cumpleaños, regalos de Navidad, paseos, viajes familiares; todo doble. Entonces, debería estar feliz por eso. Sin embargo, hay una sola cosa que el pequeño Jungwon qu...