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A Taehyun siempre se le daban mal las sorpresas. Quiere decir, planearlas. Porque sí tenía esos pequeños actos salidos de la nada que sorprendían a su familia como polvorones después del trabajo o flores un miércoles aleatorio. Pero si hablamos de algo que debe tener planeación, no eran su fuerte.
A veces prefería dejarle ese trabajo a Beomgyu; las fiestas de cumpleaños, Día de las Madres y regalos de Navidad. Él prefería coordinar las cosas con la persona festejada y así saber exáctamente qué es lo que desea tener en su día especial.
Pero no todas las sorpresas se pueden planear. Así que, de camino a la primaria, no debaja de tamborilear los dedos en el timón del auto. Su hijo, de ya 8 años, lo esperaba, o eso creía, en la entrada de la escuela. Eso también era una sorpresa porque fueron muchas las veces que lo encontraba en las canchas de fútbol o baloncesto en vez de en el punto de espera habitual.
Antes de llegar recibió una llamada de Beomgyu y la colocó en alta voz.
—Ya estoy llegando a la escuela —avisó de antemano.
—Está bien —la voz de Beomgyu sonaba ansiosa cosa lo hizo reír—. Solo vengan directo a casa sin detenerse.
—Lo sé, Dulzura, ya me lo has dicho unas treinta veces —se carcajeó.
—Kang Taehyun, tienes prohibido burlarte de mí en estos momentos —ordenó Beomgyu con fingido enfado.
—Entendido —aseguró.
La llamada terminó justo cuando Taehyun divisó a su casi preadolescente hijo mirando fijamente hacia un punto. Tocó el claxón dos veces hasta que el menor se dio cuenta y corrió rápidamente hasta llegar a su nuevo asiento, el copiloto.
—Hola, papá —saludó luciendo nervioso, como si se escondiera de alguien.
—¿Cómo estuvo la escuela hoy? —le preguntó Taehyun intentando sacar un tema de conversación que desviara la ansiedad que lo carcomía.
—Bien, excepto por Inglés, todo bien.
—¿Quieres que te consigamos alguna tutoría o academia para el inglés? —sugirió recibiendo una fuerte negativa.
—¡No! Estoy bien, estudiaré más por mi cuenta.
—Sabes que Beomgyu y yo podemos consegui... —fue interrumpido.
—¡Te lo juro, está todo bien! Inglés me gusta, lo prometo.
Taehyun no le creyó, claramente, pero ¿qué le podía hacer? Al parecer su pequeño tesoro se parecía más a Beomgyu de lo que se veía. Nunca había conocido a alguien tan hábil para saltarse cualquier cosa que implicara estudiar hasta que se veían en apuros.
—Entonces debes prometerme que vas a estudiar lo que puedas.
—Lo haré.
—Eso mismo decía Dulzura en la universidad.
—¿Y sí lo hacía? —cuestionó el chiquillo curioso por saber más de la misteriosa vida que habían llevados sus padres antes de tenerlo a él.
—Nunca —respondió—, pero es muy bueno tocando la guitarra y armando cosas, ¿no?
Ambos se echaron a reír, Taehyun recordando aquellos tiempos y Jungwon tratando de imaginarse a su culto y elegante padre siendo un pésimo estudiante.
Llegaron y fueron recibidos con besos. Jungwon recibió uno en la frente que recibió con mucha alegría antes de subir a su dormitorio. El de Taehyun fue en los labios, y aunque pretendía ser solo un pico, este profundizó el beso hasta que Beomgyu tuvo que pellizcarle. También terminó subiendo a su dormitorio.
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Todo doble | Taegyu
FanfictionKang Jungwon es el niño más afortunado del mundo: él tiene todo doble. Fiestas de cumpleaños, regalos de Navidad, paseos, viajes familiares; todo doble. Entonces, debería estar feliz por eso. Sin embargo, hay una sola cosa que el pequeño Jungwon qu...
