Todo doble | Taegyu

36. Polvorones

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Unos golpes en la mesa hicieron que Taehyun se sobresaltara. Su jefe estaba frente a él con una sonrisa que, por experiencia, lo ponía nervioso. Le hubiese gustado poder huir, pero era tarde.

—Buenas tardes señor Hong —saludó inclinándose un poco.

—Kang, ¿cómo estás, qué tal tu hijo? —puso una mano en su hombro y la sacudió ligeramente.

—Estamos bien, gracias por preguntar.

—Oye Kang, ¿sabes que confío mucho en tus habilidades?

—Y usted sabe que tengo muchos proyectos asignados —intentó esquivar.

—Puedes pasarles los menos importantes a los nuevos, pero necesito que te encargues de esta portada. Ya sabes que la señora Bang es muy exigente con el diseño de sus libros.

La mirada casi suplicante de su jefe le hizo prestar un poco más de atención al asunto. Aún sabiendo que debía hacer reajustes en su trabajo, esto parecía ser importante. Y claro, conocía las exigencias de la señora Bang y de todos los escritores con los que trabajaba.

—Pensé que Im se estaba encargando de ella.

—La señorita Im está trabajando en el festival de literatura del gobierno.

—¡Ah, cierto!

—¿Entonces nos ayudarás con esto?

—Sí, bueno. Necesitaré un equipo —el señor Hong asintió enérgicamente— y también saldré a la hora establecida, no haré horas extras —esta vez recibió una mirada extrañada.

—¿Estás seguro de que el tiempo te va a rendir? —preguntó el jefe incrédulo ante la situación.

—Tengo una familia que cuidar —sentenció— y por lo visto ya es mi hora de salida. Me puede enviar un correo con las especificaciones y lo revisaré mañana temprano. Buenas tardes señor Hong.

Taehyun tomó sus cosas y dejó su oficina a paso acelerado. Debía buscar a Jungwon de sus clases de taekwondo y llevarlo a casa de Beomgyu, quien no sabía que ese era el plan. Pero los polvorones que había comprado en el café luego de su almuerzo no podían esperar más y además, estaba más que claro que Wonie querría ver a su padre.

Cuando estuvo frente a la escuela se bajó para entrar e ir por Jungwon quien ya lo esperaba sentado en un banco del jardín de aquel lugar. Balanceaba los pies ansioso haciendo saber a Taehyun que quizá se había tardado unos minutos más de lo normal. Padre e hijo se miraron con una sonrisa y se dieron un largo abrazo antes de volver al auto y continuar su camino.

—Papá, llévame a jugar con Kai hyung —pidió el niño desde su asiento.

—Otro día porque hoy ya tengo planes.

—¿Y podemos llevar a hyung con nosotros?

—Esta vez iremos a pasar la tarde con papá.

Jungwon se movió feliz en su asiento. Le gustaba eso, el tener a sus dos papás jugando con él toda la tarde. También que cenaran juntos y que papá Taehyun le robara besitos a papá Beomgyu cuando este estaba distraído.

Cuando el vehículo se estacionó frente a la casa Jungwon se impacientó forcejeando el cinturón que lo mantenía unido al asiento. Eternos segundos más tarde Taehyun se acercó y, con la paciencia que lo caracterizaba, le quitó el cinturón de seguridad y lo ayudó a bajar. Jungwon corrió hacia la puerta e hizo su maniobra para alcanzar el timbre y anunciar su llegada.

—¡Sorpresa! —exclamó Jungwon en cuando la puerta fue abierta.

Tras la puerta estaba Beomgyu vistiendo unos pantalones de tela holgados y un suéter.

—¡Oh, mi tesoro! ¿Qué haces aquí? —recibió al niño.

—Vinimos a jugar —aseguró Jungwon entrando a la casa dando pequeños saltos alegres.

—Yo vine a verte —repuso Taehyun acercándose a la puerta— al pequeño saltarín no lo podemos dejar.

Beomgyu rió apoyándose en la puerta al sentir la cercanía del cuerpo ajeno. Taehyun puso una mano en su cintura que lo hizo estremecerse un poco. Quiso apartarla, pero recordó todas las cosas que Taehyun le había dicho aquel día y se obligó a creerlas.

Unos labios presurosos chocaron los suyos en un fugaz beso antes de sentir el frío de la lejanía del cuerpo de Taehyun.

—Si mi Wonie dice que vinieron a jugar, entonces es así —aseguró Beomgyu con voz de broma.

—Insisto en que debes pensar en mí —se quejó Taehyun volteando a encarar a Beomgyu con cara de lástima—. O me como los polvorones yo solo.

La amenaza alertó a Beomgyu que rápidamente se abalanzó a Taehyun por detrás intentando quitarle de las manos la pequeña caja de la que ya conocía el contenido.

—Si los trajiste aquí, son para mí —se quejó al no poder ganar la batalla.

—Son tuyos y de Jungwonie —aclaró volviendo a andar con paso confiado hacia la casa.

—Tú debes pensar en mí —volvió a quejarse Beomgyu siguiéndole los pasos.

Al final Jungwon no comió de los polvorones porque en un descuido Beomgyu le robó un beso fugaz a Taehyun haciéndolo distraerse y pudo quitarle la caja con los pequeños postres. Colocó el envase encima del refrigerador y volvió con los demás fingiendo no haber hecho nada.

Jungwon tampoco se dio cuenta; estaba jugando con unos animales de granja que Beomgyu dejaba en un cajón debajo del televisor. Así que no tuvo la suerte de ver a sus papás lanzarse miradas divertidas y retadoras, ni darse besos cortos, ni simular enojo para que el otro cediera. Tampoco vio cuando Beomgyu escondió los polvorones ni el poco de azúcar glass que quedó en la comisura de su boca y que fue retirada suavemente por el otro. Ni cuando se separaron bruscamente, antes de caer en un beso más profundo, porque Jungwon se movió un poco al poner al mono en el lomo del elefante.

—Deberíamos llamar a la niñera —susurró Taehyun en el oído de Beomgyu.

—Minji está en temporada de exámenes.

—¿Y si le ponemos alguna caricatura?

—¡No haremos eso!

—¿Nos podemos desaparecer por unos minutos? Está muy concentrado.

—No seas impaciente, Kang —sentenció Beomgyu alejándose de Taehyun con una sonrisa en los labios.

De pronto sintió que tiraron de él y cuando reaccionó estaba en el baño siendo acorralado contra el lavamanos y con el aliento de Taehyun haciéndole cosquillas en el omóplato izquierdo.

—Necesito besarte ahora —susurró Taehyun contra su oído—. Es probable que esté muy ocupado en el trabajo y no pueda venir a verte como quisiera. No tendré energía —se movió sobre sus labios— y si no te siento ahora no podré trabajar para comprarte postres, Dulzura.

Beomgyu chasqueó la boca y sonrió fanfarroneando. —Deja de dar lástima y bésame.

Quizás era un buena idea buscar quién cuidara de Jungwon.

🧸

¡Adivinen quién está aquí!

Volví.

Les cuento que realmente estoy teniendo una rutina diaria desgastante. Me levanto antes de que salga el sol y cuando llego a casa y de noche. No tengo fuerzas ni tiempo para hacer nada de lo que me gusta y eso implica mi vida fan y escribir.

Sin embargo, estoy trabajando duro para que en pocos meses vuelva a tener un horario más humano y ánimos para sentarme a escribirles una y mil historias.

Les quiero mucho y gracias por esperar (además de pedir perdón por dejarles sin su dosis regular). Ustedes son lo mejor de lo mejor.

Besitos en sus caritas preciosas.

¡Moatori se despide! <3