37. Doble

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Beomgyu no podía mover sus manos, ni sus piernas; apenas respiraba. Intentó removerse sin éxito alguno y en un punto pensó en si recurrir a la última alternativa era lo mejor. Sin embargo, las consecuencias de la catástrofe podían ser desastrosas en caso de que así fuese, pero el contexto lo ameritaba.

Un gatito se aferraba a sus piernas y un gato más grande y astuto lo había aprisionado por el torso haciéndole imposible moverse, y tenía un calambre en la pierna izquierda. Pero no quería despertarlos. Ambos gatos se habían pasado toda la noche jugando a las luchas en su preciada cama hecha (o hasta el momento en el que la invadieron) y cuando acabaron estaban tan exhaustos que cayeron rendidos no sin antes aprisionar a Beomgyu.

—Kang —susurró intentando despertarlo.

El aludido solo respondió con un ronroneo quejumbroso y afirmó su agarre.

—¡Taehyun! —gritó en susurro intentando no despertar a Jungwon.

—Dulzura, duérmete —murmuró Taehyun entre dientes.

—Me iré a la habitación de huéspedes si no me dejas levantarme —dictó.

Taehyun por fin lo liberó refunfuñando, tomó uno de los almohadones y se volvió a acurrucar esta vez abrazando al objeto.

Por un momento Beomgyu sintió envidia de la almohada, pero debía concentrarse en deshacerse del doloroso calambre y de su llena vejiga. Tomó a Jungwon con cuidado y lo colocó al lado de Taehyun para que siguiera sintiendo calor humano. Y por fin liberado intentó estirar las piernas y caminar un poco para a los pocos minutos ir al baño.

Cuando se secaba las manos con la pequeña toalla colgada en la pared sintió una presencia cerca suyo. Al mirar de soslayo notó lo que suponía, era Taehyun. Así que solo suspiró intentando fingir que toda esa situación no lo tenía volando en las nubes con más miedo que cuando vio payasos por primera vez.

—Es tu culpa que esté despierto —argumentó el recién llegado antes de que Beomgyu pudiese decir cualquier cosa.

—Es tu culpa por no dejarme espacio libre —le respondió con una calma que se autofelicitaba.

Es que Taehyun no llevaba nada en el torso y sus pantalones no llevaban cinturón por lo que se bajaban un poco dejando ver la ropa interior. Además, tenía el pelo revuelto, el rostro soñoliento y la voz rasposa. Sentía que merecía misericordia por estar soportando todo eso.

Taehyun se acercó mimoso por detrás suyo y colocó ambas manos en el inicio de sus caderas haciéndolo estremecer. —Te quiero comer a besos aquí mismo —confesó entre bostezos sin el mínimo atisbo de vergüenza logrando el rostro de Beomgyu se calentara.

—Tienes la mala costumbre de acorralarme en el baño, Kang.

—Es el único lugar donde Jungwon no nos ve —aseguró.

—Es el primer lugar donde va a venir a buscarme cuando se despierte.

—¿En lo que se despierta puedo comerte a besos?

Una parte de Beomgyu quiso negarse porque justo una de las manos de Taehyun había ejercido presión en un cúmulo de grasa que le sobresalía en las caderas. Pero no pudo hacerlo cuando fue girado sin previo aviso y unos labios atacaron de sorpresa a su cuello esparciendo fríos besos que calentaban su cuerpo y lo hacían estremecerse. Incluso quiso abrir los labios, pero temía despertar a Jungwon y traumatizarlo, o simplemente que interrumpiera su momento.

Todo doble | Taegyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora