Todo doble | Taegyu

52. Renovación

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El otro lado de la cama está vacío y en la pantalla del móvil se lee que es domingo a las 9 de la mañana. Taehyun se levanta y va a lavarse el rostro para terminar de despertar. Nota que Beomgyu no está allí y tampoco en la habitación de un dormido Jungwon ni en el salón, patio o cocina, así que supone que está en la iglesia.

Las últimas semanas habían sido más llevaderas para todos y se volvieron a acostumbrar a la rutina familiar. Y como era costumbre, sabía que Jungwon estaba a punto de despertarse por lo que decidió hacer el desayuno y ordenar un poco la casa.

—¡Papá, iré al patio a jugar con Maeumi!

Ya era cosa de todos los días. Jungwon era feliz mientras el Señor Oso y Maeumi estuvieran cerca de él. Incluso no había preguntado por su otro padre en toda la mañana.

Pero Taehyun sí se estaba preocupando, ya era hora de que estuviera en casa. Así que toma su celular para marcarle y, tres tonos después, la voz de Beomgyu se oye tras la otra línea. Aquello lo tranquiliza un poco.

—¿Ya vienes? —preguntó un poco apenado de la urgencia en su voz.

Lo admitía, era dependiente a la cercanía del otro.

—Estoy conduciendo de camino a casa. ¿Necesitan algo?

—Tranquilo, tómate tu tiempo para llegar.

La llamada se cortó y Taehyun se quedó con las ganas de pedirle que se teletransportara porque lo necesitaba en ese mismo instante.

Tuvo que pasar casi media hora más para que Beomgyu hiciera su entrada. Llevaba los brazos cargados y una expresión de cansancio en el rostro. Una que al ver a Taehyun se transformó en una sonriente.

—¿Qué es todo esto, Dulzura? —Kang le quitó las cosas de la mano y efectivamente había una razón por la cual Beomgyu soltó un suspiro de alivio cuando se liberó de la carga.

—Son los trajes —dijo Beomgyu yendo a buscar un vaso con agua.

—¿Trajes? ¿Para qué?

A Beomgyu se le colorearon las mejillas. ¿Sería muy apresurado de su pare? ¿Hizo mal en hacerlo solo? De verdad quería sorprenderlo y de paso demostrar que nunca iba a soltarlo otra vez. Además, esta era solo una parte de todo lo que había planeado para ellos.

—¿Sorpresa? —soltó cuidadosamente las bolsas en el sofá.

—Déjame ver —Taehyun se acercó y dejó un rápido y sonoro beso en la mejilla de Beomgyu antes de husmear entre lo que trajo.

—Es nuestra ropa para la renovación de nuestro matrimonio —dijo casi entre dientes sin querer mirar la cara del otro—. Es la primera parte de mi regalo de aniversario para ti, porque pensé que es una fecha muy importante para nosotros y no quería perderla. Además, ya decidimos que íbamos a casarnos...

—Dulzura —susurró Kang interrumpiéndolo—, te amo.

Cuando Beomgyu se armó de valor para mirar a Taehyun lo vio con los ojos acuosos como si fuera a empezar a llorar en cualquier momento. —¡Amor, no llores! —a él también se le llenaron los ojos de lágrimas mientras abrazaba a su pareja.

—Gracias por hacer esto —la voz de Taehyun sonaba quebrada haciendo que Beomgyu no pudiera contenerse más.

Un niño bastante preocupado corrió a ellos abrazándolos por las piernas. Al notarlo, Beomgyu se separó de Taehyun para cargarlo. La expresión triste en el rostro de su pequeño hizo que se le estrujara el corazón.