Carlos
Anoche después de que Emilia se fue con Arturo, me entró a ver mi familia, lo único que quería era hablar con él y saber de Emilia. Así que apenas se fueron, medio escoltados por Tino cuando notó mi cansancio, tomé mi teléfono.
"¿Cómo está Emilia?" pregunto y a los pocos minutos aparece el mensaje de Arturo.
"Bien, la vine a dejar... Ha llorado mucho, aún estoy acá".
"No la dejes sola, por favor" respondo sintiendo mi pecho apretarse.Deja de responder, supuestamente iba a volver durante la noche, pero cuando despierto estoy solo. Arturo llega pasado las ocho de la mañana, con la misma ropa de la noche anterior y oliendo al perfume de Emilia.
—¿Cómo amaneciste? —pregunta dejando su abrigo sobre el sofá.
—Mejor, me tienen muy sedado, ¿Y tú? ¿Como?... —me cuesta sacar el resto de la pregunta, porque haré realidad el hecho de que mi gemelo durmió con mi Emilia, puede quedar sólo como mi idea, pero no, debo saberlo— ¿Cómo quedó Emilia?
—Bien —responde abrochando sus zapatos.
—¿Dormiste con ella?
—Me quedé dormido Carlos, disculpa, anoche lloró mucho, me quedé un poco con ella y nos quedamos dormidos, llegaron los mocosos y nos sacaron los zapatos, nos pusieron una manta, no pasó nada te lo juro, ni siquiera nos quitamos la ropa —responde mirándome, como si necesitara quitarse la ropa para hacer cosas que no debería con Emilia.
—¿Por qué lloró tanto?
—Porque vio a Luisa, vio el anillo y le conté.
—¿Qué le contaste?
—Todo, Carlos, tenía que contarle, Emilia confía en mí y se derrumbó, con suerte dejó de llorar sólo para estar con todos afuera y después para verte.
—¿Qué dijo?
—Está triste, aún tiene el brazalete, lo tiene en el tobillo, disculpa, de verdad no quería quedarme ahí, pero, estaba cansado no pude evitarlo.
—Está bien, no importa, de todas formas, pasó hace tiempo y ya estamos en otro momento —miento tragando saliva, mi pecho se aprieta con cada palabra de sólo pensar en que ahora mi gemelo duerme con Emilia entre sus brazos.
—No va a volver a pasar —se acerca apoyando su mano en mi cabeza, intento no llorar, lo intento con todas mis fuerzas, pero sólo para quebrarme peor con la idea de ellos dos—. Ya, déjalo ir, si quieres llorar, llora.
—Lo eché a perder todo, pensé que iba a funcionar, pensé que lo íbamos a lograr —digo mientras Arturo abraza mi cabeza, seco mis lágrimas en la manga de su camisa que huele al pelo de Emilia, los imagino acostados, abrazados, el brazo de Arturo bajo su cabeza, envolviendo completamente el cuerpo de Emilia.
—Aún queda tiempo, Carlos.
—¿De qué tiempo hablas? —esfuerzo una risa pensando en su intento por animarme— Casi me muero hace menos de un día, voy a tener un bebé, me voy a casar...
—No lo hagas, puedes ser un buen papá sin estar casado, eso es muy anticuado, no es necesario, todos sabemos que no amas a Luisa.
—Yo quería esto con Emilia.
—Sí sé, lo sé... —la puerta se abre y entra Luisa con una sonrisa, siempre interrumpe justo en el momento en que empiezo a considerar todo, siempre cuando le conviene entrar, como si supiera.
Luisa se quiere casar rápido, antes de que nazca el bebé por lo menos, su familia es muy conservadora y... No sé, supongo que quiero hacer las cosas bien, quiero ser un buen papá, jugar con mi hijo después del trabajo, estar con Em... Con Luisa. Debería esforzarme un poco más en entender que su nombre es Luisa. Suele pasar que se me escapa el nombre de Emilia en mis pensamientos. Con Luisa nos dejamos llevar en los internados de la especialidad, Luisa también está en pediatría así que siempre estaba ahí. Más que dispuesta.
—¿Y esto? —preguntó cuando nos conocíamos tomando mi brazalete.
—Es un recuerdo —intento no darle importancia mirando a las otras mesas del bar, inconscientemente después de Emilia siempre que llego a un lugar la busco entre las personas.
—¿Una novia? —atrapa el brazalete con su dedo tirando suavemente de él.
—Algo así —respondo dando un trago a mi vaso, esos tragos de un bar demasiado pretencioso para mi gusto.
A veces dormía conmigo en esos descansos del hospital, siestas inofensivas de cinco minutos, algo absurdo pensé hasta que Luisa un día me dijo que hablo dormido y que llamo a un pajarito.
Por un par de copas extra, un día Luisa me dijo que estaba embarazada. Ni siquiera lo hicimos en una cama esa vez, siempre usaba condón y por un polvo rápido en una fiesta del internado me metí en esta situación, estaba algo ebrio hablando con amigos cuando noté que Luisa también estaba en la fiesta, se acercó a hablarme, me alejó de la fiesta a un baño, con la excusa de que no quería ir sola.
—¿Para qué necesitas que te acompañe? —pregunto mientras tira de mi muñeca.
—No quería venir sola —responde tomando mis hombros para acercarme a ella cuando entramos al baño, esquivo su beso, pero ella no pierde esa oportunidad de besar mi cuello mientras se sienta en el lavadero separando sus piernas.
—Luisa, no quiero, no tengo condón —alejo sus manos de mi cinturón, pero ella insiste.
—Yo si tengo —estira su otra mano para sacar uno de su bolso, lo abre dejando el látex en su mano—, hagámoslo un poco así, quiero sentirte, Carlos.
—No, Luisa, por favor... en serio, no quiero, tomé demasiado, esto no va a ser bueno ni para ti ni para mí —esquivo sus manos e intento sacar su mano de dentro de mi pantalón, sus piernas me afirman con fuerza manteniéndome quieto, casi inmóvil entre sus piernas.
—Carlos, estoy tan mojada, esto está muy bien, no te preocupes, déjame a mí —jadea y siento su humedad, estoy demasiado ebrio para que algo de esto esté "muy bien", mis ojos se cierran por inercia; siempre me pasa lo mismo, desde Emilia no estuve con nadie más que con Luisa, al principio pensé que podría olvidarla, pero cada vez que cierro los ojos, sea lo que sea que suene a lo lejos, vuelvo a Bapi.
Escucho los árboles, las olas, los pájaros cantar, escucho su risa y vuelvo a abrir los ojos para encontrarme en este baño oscuro, la música fuerte que suena a lo lejos, con Luisa apretando mis caderas entre sus piernas para evitar que me aleje. No recuerdo si terminé, estaba muy ebrio para recordar y probablemente no tuve del todo una erección, sólo recuerdo que acomodó su vestido y salió intentando tomar mi mano que una vez más, esquivé.
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Lo Que Quede De Verano © [Disponible En Amazon]
Romanceᴅɪꜱᴘᴏɴɪʙʟᴇ ᴇɴ ᴀᴍᴀᴢᴏɴ Emilia pretende tener un verano tranquilo después de tantos meses de terapia por su accidente; acompañado del mar, el sonido de las olas y las hojas de los árboles, está segura que es justo lo que necesita, quizás recordar un po...