Capítulo 7

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JungKook


—Convéncenos, TaeHyung.

El chico tenía agallas. Decir que él era el Fantasma alejaba la atención del hombre de la mesa. Pero no éramos tontos, una cosa era jugar al Black Jack y otra muy distinta hacerlo con los resultados del Fantasma. Así que preparamos una mesa en uno de los salones privados y le pusimos encima una de las cámaras de Bobby. Su programa se encargaría de decir si mentía o no. Tenía el auricular en el oído mientras Bobby daba la orden de inicio. La crupier empezó a trabajar con las cartas, mientras repartía entre NamJoon, TaeHyung y yo. Sí, el Fantasma solía trabajar con más jugadores y eso le beneficiaba, porque había más cartas descubiertas sobre la mesa. Ahora se iba a enterar ese listillo. Por mucho que veas a alguien jugar al Black Jack, no…
¡Joder! Dieciséis minutos y el chico nos había dejado sin blanca. No era bueno, era espectacular.

—¡Joder! Jk, quiero sus fórmulas. Mándamelo para la central, ¡ya! —Sí, mierda. Yo no era el único sorprendido, Bobby estaba como loco al otro lado de la línea. El chico no solo tenía un trasero goloso, sino un cerebro sorprendente.

Miré a NamJoon, que era el único que mantenía el rostro inexpresivo, pero sus ojos me dijeron más que ninguna palabra.

—De acuerdo, TaeHyung. Eres el Fantasma.

—Ahora, ¿qué van a hacer conmigo?

—Queremos tus fórmulas.

—¿Solo eso?

—Nuestro programa se encargará de registrarlas y rastrearlas, así nunca más podrán servirte de mucho en nuestro casino.

—Nunca dejarán que me vaya.

—¿Por qué dices eso?

—Porque siempre empiezan así, primero las fórmulas, luego que haga nuevas para otros juegos, luego quieren que sea su jugador… Nunca tendrán suficiente, seré su esclavo.

—Nosotros no trabajamos de esa manera.

—Todos son iguales, solo ven la manera de sacar más dinero. —¿Con quién demonios había topado este chico?

—Vamos a hacer un trato, TaeHyung, y lo pondremos por escrito, como un contrato, si quieres. Normalmente nuestra palabra es suficiente, pero lo haremos por ti.

—¿Las fórmulas y ya está? ¿Podré irme?

Me incliné hacia delante e hice un gesto a la crupier para que abandonara la sala. El resto de personal la siguió. Cuando estuvimos solos en la sala, me centré en TaeHyung. Estaba asustado, pero aguantaba el tipo como toda un valiente.

—Sabes que los casinos tienen una sala de control de apuestas, ¿verdad?

—¿Dónde monitorean a todos los jugadores y sus apuestas?

—Sí, algo así.

—Sé que vigilan a los jugadores, sus apuestas, sus ganancias, sus pérdidas, sé que tienen un límite que activa una alarma al ser rebasado.

—También buscamos patrones de juego, buscamos contadores de cartas, como llamamos a los que son como tú.

—Y aun así han tardado seis años en encontrarme.

—Sabíamos que estabas ahí, pero has sabido camuflarte muy bien. Lo tenías todo bien estudiado, las variaciones en las fórmulas, jugar con las ganancias y pérdidas, poner a otro al frente del juego, mientras tú estabas escondido… He de reconocer que nos lo has puesto muy difícil.

—Pero al final me atraparon.

—Sí, juego, set y partido para nosotros. La competición terminó, pero todavía puedes seguir jugando.

—Quieren que juegue para ustedes.

—No de la forma que piensas.

—¿Cómo entonces?

—Hay hackers informáticos que trabajan para el gobierno, para atrapar a otros hackers. Tú podrías hacer algo parecido.

—¿Quieren que les ayude a atrapar a otros contadores de cartas?

—Nos gustaría que trabajaras en la central de control para nosotros, sí. Aunque tu trabajo sería algo más diverso que solo atrapar a tramposos.

—¿Qué tendría que hacer?

—Si te soy sincero, no tengo mucha idea, pero nuestro director de seguridad puede explicártelo mejor. Estaría encantado de que trabajaras con él.

—¿Con un contrato laboral y un salario?

—Seguro médico, vacaciones. Puedes considerarlo como un ascenso laboral. —Los ojos de TaeHyung estaban tan abiertos, que pude ver el castaño sobresalir sobre el blanco.

—Y… ¿Y no tendría que hacer nada más?

—Bueno, hay un contrato de confidencialidad y flexibilidad laboral que tendrías que firmar, pero va sujeto a un considerable aumento salarial y una tabla de incentivos.

—¿Confidencialidad y flexibilidad laboral?

—Las Vegas es una ciudad muy competitiva, TaeHyung. La información es poder y nosotros somos muy cuidadosos con nuestras cosas.

—¿Nada ilegal?

—Bueno, esa línea es muy fina en Las Vegas, no puedo prometerte que no la pisemos alguna que otra vez. Todo depende de contra quién nos enfrentemos. No somos la policía. No nos regimos por sus reglas.

—Sí, ya lo he visto.

—Entonces no tengo que explicarte mucho más.

—No, creo que no es necesario.

—Bien. De momento te dejaremos que lo pienses con la almohada, pero disculpa si no dejamos que lo hagas en tu casa. Estarás, llamémoslo «bajo vigilancia» mientras comprobamos las fórmulas que nos vas a facilitar. Después podrás irte y seguir meditando, o simplemente aceptar. Tú decides. —Él asintió y yo me recliné sobre la silla. Sí, había días en los que me sentía tan grande como Elvis.








TaeHyung

—Cualquier cosa que necesites, solo tienes que pedirla. Habrá alguien en la puerta. —Sí, genial. Les doy un par de fórmulas y de premio me encierran en una habitación del hotel. Al menos tenía bonitas vistas. En fin, ya que no iba a ir a ningún sitio, era tontería luchar contra ello. Aprendí hace tiempo, que nadar a contracorriente solo consigue retrasar que te arrastre, pero no lo evita, sobre todo cuando el río es tan grande como el de estos tipos. Min. Tenía que haber hecho más caso a los que decían que no se jugaba con esa familia.

Pero cuando necesitaba el dinero, tenía que recurrir a lo más fiable y sangrar a varios casinos, sin llamar demasiado la atención en ninguno de ellos, era la mejor opción. Muchos poco, era más seguro que pocos mucho. Pero estaba visto que había subestimado sus medidas de seguridad.

Caminé hacia el baño, abrí el grifo de la ducha y me quité la ropa mientras se calentaba el agua. Una larga ducha y luego a descansar. No podía hacer nada más, salvo dormir y pensar en su propuesta. ¿Sorprendido? Sí, para qué iba a negarlo. Un contrato laboral, para hacer algo no tan arriesgado como lo que estaba haciendoh y con la seguridad de que nadie iba abperseguirme porbhacerlo. Era un cambio bien sustancioso, pero no era de los que se creía todo lo que le decían, ya no. Primero tendría que ver ese contrato, ver el lugar donde iban a meterme y preparar un posible plan de escape, por si las cosas no eran lo que me decían y tenía que volver a huir. Volver a la carretera iba a ser duro, sobre todo después de haber estado algo más relajado aquí, en Las Vegas. Había pensado que había encontrado el lugar perfecto para esconderme, y podría haberlo sido, tal vez, si no hubiese caído de nuevo en la costumbre de recurrir a los casinos cuando necesitaba dinero: mucho, rápido y fácil.

Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora