JungKook
Jason Bourne de nuevo en acción. ¡Joder! Me encanta ser un Min por cosas como esta. Qué no darían muchos por vivir una experiencia igual en sus propias carnes.
Sabía que Fredo iría a entrenar al mismo gimnasio en el que yo estaba, era parte de nuestra rutina compartida. La hora en que lo hacía a veces variaba un poco, pero la auténtica diferencia era que yo me preparaba para pelear y él solo lo hacía para mantenerse en forma y conseguir un cuerpo sexy con el que atraer a las chicas, o al menos eso decía. Yo en peleas no le había visto, salvo cuando teníamos que defendernos de algunos gilipollas.
Cuando lo vi entrar en el gimnasio sabía que Boby ya había enviado el mensaje a nuestro hombre para que llegara hasta aquí. Quizás lo hiciera antes, porque teníamos vigilado a Fredo hoy como algo excepcional, porque el cabrón podía llegar a detectar a algunos de nuestros chicos que conocía de vista y tonto no era, tenía que darle eso.
Diez minutos después de entrar en el vestuario, Fredo salió hacia la cinta de correr que estaba a mi lado. Mis auriculares no retransmitían precisamente la música de mi iPod, así que podía saber en qué punto estaba la operación.
Escuché la voz de Alexis decir «lo tengo» y después la de Boby responder «en posición».
—Tienes mejor cara, tío.
—Estoy tomando vitaminas y puede que haya bajado un poco el ritmo.
—¿Dejaste a ese chico?
—Ni de coña. Ese trasero es mío.
—Paquete recibido.
—Ese chico va a acabar contigo, pero hasta que no lo veas yo no puedo hacer nada al respecto. —Fredo empezó a retirarse de la cinta y yo tuve que mover ficha para mantenerlo donde estaba.
—Es solo un chico, Fredo. No estarás cabreado porque sea yo el que me la esté tirando, ¿verdad? ¿Es eso, lo querías probar tú?
—¿Qué? ¡No! Es tan solo que no pensé que te dejarías pillar las bolas por uno.
—¿Crees que me tiene pillado por las bolas?
—Joder, tío. Tú no repites. Tú no vas a uno, son ellos los que vienen a ti y tú decides si te quedas con él o pasas al siguiente.
—Puede que este me guste un poco más, eso es todo. —Me encogí de hombros para no darle más importancia a mis palabras.
—Puedo entenderte, un culo así es difícil de soltar. —Sí, pensé, un culo así te deslumbra como un fuego artificial en el cielo, pero no hace que te quedes parado en el mismo sitio el resto de la noche. Cuando la luz se extingue te vas. Pero la luz de TaeHyung no era como la de los fuegos artificiales, sino como la de las estrellas. Se queda ahí suspendida en la oscuridad de la noche, inextinguible. No tan brillante, no tan cegadora, no tan explosiva, pero igual de hermosa. El trasero de TaeHyung, sí, era espectacular, pero su cerebro era aún más increíble, y además estaba la fortaleza que tenía dentro. Era fuerte de una manera que muchos no entenderían, era de los que no se rendía, de los que se mantenía de pie, luchando hasta que caía. Y cuando lo hacía, se volvía a levantar. TaeHyung era un superviviente, como los Min.
—Sí, tengo culo para rato, amigo.
—¿Has pensado lo de King Kong?
—¿Lo de pelear con él antes que con el rubio?
—Sí. Necesitas otras opciones por si el rubio no está disponible, ya sabes, para mantenerte en el circuito.
—Una pelea cada dos semanas. Puede ser posible, pero antes quiero ponerme en forma. Estos días de descanso han bajado mi nivel.
—Y el chico también.
—Ah, pero ha merecido la pena. —Fredo parecía más contento, incluso sostuvo mi saco mientras lo golpeaba. Volvíamos a estar bien, o al menos eso parecía.
—Paquete regresando.
—Yo me retiro, tío. Ya he tenido bastante por hoy. —Tenía que retenerlo un poco más.
—Eh, Fredo, ¿podrías buscarme una pelea para dentro de un par de semanas? Algo suave, ya sabes, para ver cómo estoy.
—¿Estás seguro?
—Necesito volver al circuito. No quiero que se olviden de mí.
—¿De ti? Eso no es posible.
—Paquete entregado.
—Nunca se sabe, siempre hay nuevas estrellas emergentes.
—Pero ninguna como mi chico. —Fredo comenzó a caminar hacia el vestuario mientras yo apuraba mi botella y sopesaba dónde me había metido. Tendría una pelea dentro de poco y, conociendo a Fredo, sería un oponente que tener en cuenta, porque cuanto más difícil, más dinero. Si este era uno de sus últimos cartuchos, intentaría sacar el mayor rendimiento posible. Pero quizás me estaba volviendo blando, porque deseaba equivocarme. No me falles Fredo, no puedo perder a mi mejor amigo.
YoonGi
Algo olía realmente mal. Si las sospechas se confirmaban, el puñetero Bloom estaba tejiendo una jodida tela de araña a nuestro alrededor. Leo, Fredo, Rocky y ¿tal vez Kim como sospechaba NamJoon? Los tres hermanos estábamos cubiertos. Bloom preparaba algo muy grande y solo había una manera de escapar de su trampa: dejar que construyera su rascacielos a nuestro alrededor y después derribarlo con él dentro. Porque según decía mi madre, cuanto más alto subes, más fuerte es la caída.
—¿Está listo, señor Min?
—Eh, sí, doctor, estamos listos. —Cogí la mano de JiMin-ah y miré las extrañas manchas del monitor. Uno de aquellos manchones brillantes era mi bebé, nuestro bebé.
—Parece que hoy sí tendremos suerte, su bebé está colaborador.
—¿Se ve lo que es?
—Bueno, parece que tendrán que empezar a comprar ropita rosa, es una niña. —Una niña. Iba a tener una hija. Después de treinta y seis años, iba a llegar otra mujer Min a la familia.
Mundo, prepárate. Mi hija va a ponerte patas arriba cuando te ponga los pies encima. Va a ser feroz como su padre y hermosa como su madre. Pero nada de chicos ni chicas hasta los treinta, por lo menos. Lo primero que va a aprender es a romper los brazos de los chicos con las manos largas, por si su papá no está cerca. ¿Todavía había internados de monjas para adolescentes? No, estaba desvariando, porque mi niña iba a ser una Min y a un Min no se le puede enjaular. Lo único que podía hacer era rezar para que fuera tan dulce como su madre. Oh, mierda. Algún día iba a ser el padre de una novia...
YoonGi, tranquilízate, aún no ha nacido, tienes tiempo de prepararte para lo que venga y hacerla tu niña, que solo quiera a su papi, ningún otro hombre en su vida. ¿Ay, pero si quiere una chica? Tambien está lo del control de natalidad. No, mejor eso se lo dejo a su madre.
—¿YoonGi, estás bien?
—Eh, sí. —Me arrodillé junto a JiMin y besé sus labios.
—Vamos a tener una niña.
—Parecía que estabas pensando en encerrarla en casa antes de nacer.
—¿Encerrarla? Qué va. No soy ningún jeque árabe de esos. Pero voy a enseñarle a romper narices.
—Sí, nunca se sabe cuándo hay que romper alguna.
—Es una Min, va a romper más de una.
—Entonces será mejor que vayas tú a las reuniones de padres del cole.
—Pues claro que pienso ir, a todas. Mi pequeña es lo más importante, después de mi esposo, claro.
—Eres un caso.
—Por eso me quieres.
—No, es porque besas muy bien.
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Min's Family (KT) 2
FanfictionMafia, Rusia, JungKook, TaeHyung LEER PROLOGO Adaptación Esta historia le pertenece a "iris boo" todos los créditos a esa persona. Yo no soy dueñx, yo solo lo adapto al Kooktae. Cualquier problema que tenga, la eliminaré de inmediato.