CAPITULO 34

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JungKook

Dos malditas sesiones de entrenamiento, esa era mi rutina ahora. Una por la mañana y otra por la tarde. Era el primer día y estaba completamente exhausto. Creo que de no ser por la ducha en el gimnasio ahora estaría dormido detrás del volante.

—¿Todo bien?

—Cansado.

—¿Un mal día?

—No, solo he empezado una nueva rutina de entrenamiento. Estos días, con lo del torneo me he abandonado un poco.

—No hablas como un contable.

—Ya sabes que soy muchas cosas. —Noté un peso sobre mi hombro cuando TaeHyung posó su cabeza en él.

—Mi novio es polifacético.

—¿Te importa si hoy cenamos en casa?

—Puedo darte un masaje si quieres.

—Sabes cómo mimar a un hombre.

—No te acostumbres, tipo duro.




TaeHyung

No lamentaba el no tener una nueva sesión de sexo con Kook —bueno, un poco sí—, pues realmente necesitaba descansar. Estábamos en la cama, yo encaramado a su cuerpo como la mona de Tarzán y él durmiendo como un tronco. Me gustaba verlo dormir, así, tan de cerca, sintiendo su pecho subir y bajar pausadamente.

No podía dejar de pensar en que los rumores debían ser ciertos. Se decía que había un Min en las peleas clandestinas, aunque nadie se lo creía del todo, porque ¿un Min dejando que lo golpeasen? No, la familia era demasiado poderosa como para poner a uno de los suyos dentro de una jaula cerrada, a merced de un destrozacuerpos cualquiera. Además, ese rumor llevaba vigente décadas, incluso desde antes de que Min Yuri tuviera pelo en las pelotas, como decía Kook.

Sí, he curioseado. Si Bobby, mi jefe, se entera de que he usado los equipos para encontrar ese tipo de información, seguro que me despide. ¿Y para qué? Para encontrar solo un par de pistas. La primera y más relevante es un vídeo, el único en toda la red, que muestra a un Min, que no es Kook, sino YoonGi, dando una buena paliza a un chico rubio en una pelea, dejándolo como la mierda. La otra pista me la ha dado un bloguer, fan acérrimo de las peleas ilegales, que asegura no perderse ninguna de las peleas de un tal Ruso Negro y que los vídeos que saca clandestinamente de las peleas desaparecen casi de inmediato de la red. Lo que me lleva a suponer que puede que YoonGi no sea el Ruso Negro porque, según lo describe el bloguer en sus comentarios, ese luchador se ajusta más a Kook que a su hermano.

Eso me asusta una barbaridad, porque de ser ciertas mis sospechas, Kook se jugaba el físico en cada pelea sin ninguna necesidad de hacerlo. Alguien que necesita el dinero, lo entiendo, pero Kook... ¿Y si un día recibe una patada en las costillas que le provoca una perforación de la pleura y muere asfixiado? ¿Y si lo golpean en la cabeza y lo dejan en un coma permanente? Pero ¿quién era yo para criticar lo que hace? Pues su maldito novio. No quería perderlo ahora que lo tenía. Me aferré un poco más fuerte a su cuerpo, porque de alguna manera quería protegerlo. Sí, él era más fuerte que yo, pero nunca estaba de más que te presten un poco más de esa fuerza. Aunque la mía no sirviera de mucho, se la daría.



YoonGi

¿Nervioso? ¡Joder, sí! Era la boda de Baeky y nada podía fallar. Repasé por quinta vez las instrucciones con todo el personal del hotel. No quería fallos, no quería brechas, no quería un solo error. Comprobé por última vez la suite que había reservado para los novios. Los trajes de ambos tendidos sobre la cama principal, la nota que deberían ver nada más llegar.... Sí, no era la primera boda que se hacía en el hotel, ni los primeros novios que atendíamos y tampoco eran los primeros Min que se casaban aquí, bueno, sangre Min, así que tenía que relajarme. Había momentos en que me gustaría ser un puñetero témpano de hielo como NamJoon.

—Señor, acaban de registrarse en recepción.

—Bien. Que avisen al capellán. —Cerré la línea del teléfono y salí con rapidez de la habitación. La rueda había empezado a girar. Me dirigí al ascensor de servicio y bajé a la zona de personal. Mientras caminaba por los pasillos, una sonrisa tonta apareció en mi cara. ¡Mierda! Me estaba poniendo todo estúpido con tanta cursilería, pero... más valía que nadie se atreviera a decir que tenía un lado débil porque le partiría las piernas. Saqué de nuevo el teléfono y marqué el primer número.

—Dentro de tres horas en el hall del hotel, trae a tu chico y pónganse guapos.

—Un poco justo, ¿no te parece?

—Pues entonces empieza a mover el culo, JungKook. Estas cosas no esperan a nadie.

—Allí estaremos.

—Bien. —Marqué el siguiente número.

—¿Te has afeitado hoy, NamJoon?

—Y me he limado los colmillos.

—Bien, entonces dentro de tres horas en hall del hotel.

—Allí estaré.

—Lo sé. —Seguí marcando número tras número hasta que toda la familia quedó convocada.

Ahora solo quedaba esperar. Mientras, subiría a la suite de la familia, me ducharía y me cambiaría de ropa.




Baeky

—¡Joder! —Chan me había quitado la palabra de la boca. La suite era enorme y preciosa. Tenía una pequeña terraza con vistas a la ciudad y un precioso centro de flores con una gran tarjeta en él:

Espero que este día sea perfecto. La ropa está sobre la cama, la tarjeta regalo es para que consigan el calzado. El capellán los espera a las cinco de la tarde en el salón de ceremonias junto al jardín. Si he olvidado algo, pedidlo en recepción, están a su completa disposición.

Corrí hacia la habitación donde encontré un precioso vestido de novio y un esmoquin. Seguro que eran de nuestra talla y no pude evitar imaginarnos ataviados con ello. YoonGi había convertido una boda relámpago en una boda hermosa, digna de mostrar a mis hijos y sentirme orgulloso. Sí, yo había decidido que quería una boda rápida, solo con aquellos que merecían estar allí, pero YoonGi me dio la belleza que no debía faltar en un día así. Nadie dijo que sencillo, rápido y pequeño fuera en contra de hermoso y refinado.

—¿Tus abuelos ya estarán instalados en su habitación?

—Su vuelo llegaba una hora antes del nuestro, así que supongo que sí.

—Pues llámales y diles que se pongan guapos. Tenemos cita con un capellán en menos de tres horas. —Mo quitó la tarjeta que aún tenía en mis manos y leyó el mensaje.

—Tu primo no pierde el tiempo organizando cosas.

—Boda exprés, planes exprés.

—Bueno, entonces, ¿qué te parece si nos vamos a por esos zapatos, volvemos, nos damos una ducha para relajarnos y después pongo mi apellido detrás de tu nombre?

—Park BaekHyun, muy exótico. —Chan envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y me alzó para que nuestras bocas estuvieran bien cerca.

—Prepárate, que te voy a dar toda una vida de exotismo.

—Poco a poco, soldado, que la mercancía todavía no es tuya.

—¡Ja! Intenta evitarlo.

Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora