Capítulo 9

410 48 2
                                    

JungKook

Bobby tenía razón, TaeHyung lo había pasado realmente mal. Demasiada gente lo había utilizado. Había perdido a su padre, su vida, y con ella a su familia. Aun así, iba a forzarlo hasta que hiciera lo que quería, porque soy un cabrón egoísta que solo piensa en lo que quiere y en este momento quiero mandar al Cowboy al infierno. Sabíamos que alguien quería perjudicarnos y, gracias a TaeHyung, sabíamos quién. Sería una hermosa ironía del destino que utilizáramos al creador de las fórmulas que utilizan para derrotarlos.

Los tipos eran listos, no habían incurrido en nuestro territorio como hicieron los armenios, avasallando por la fuerza para imponerse. No, estos eran más sutiles. Pero no cuentan con que somos Min y que nadie juega con nosotros.

Ahora venía la parte en que tenía que conseguir que TaeHyung colaborase. No, no iba a lastimarlo, los Min no maltratamos a los donceles, respetamos lo que son. Salvo a aquellos que no merecen ser tratados como tal, que las hay.

—Podemos hacerlo de manera que no estés allí, sino en un lugar seguro desde el que puedas ver las jugadas y al mismo tiempo puedas decirme las pautas a seguir.

—¿Y crees que no se darán cuenta de que te están chivando por la oreja las jugadas? Suerte con eso.

—Tú confía en mí, sé cómo hacerlo.

—Es tu cuello el que está en juego.

—Exacto. ¿Qué dices?

—De acuerdo.

—Bien. Ahora necesito que te pongas a trabajar con alguna fórmula que me ayude en el póker.








TaeHyung

—¿Estás cómodo?

—Sí, eh…

—Bobby.

—Sí, es difícil recordar un nombre cuando no te lo han dicho.


—Intentaré no cometer más errores de esos.

—¿Y dices que éste el Cowboy al que tiene que enfrentarse JK?

—Sí, todo un elemento. —Seguí mirando la grabación de la partida que se reproducía en mi monitor. Analizando cada movimiento, cada inspección ocular que realizaba el tipo sobre las cartas en la mesa. Sabía que yo podía ver en esa grabación mucho más que ellos. Sí, Bobby estaba ejecutando un programa de rastreo sobre las apuestas, e incluso sobre los gestos del tipo, sus expresiones, sus manos… ¿Recuerdan aquella serie de TV, aquella que se llamaba Miénteme (Lie to me)? En ella salía un tipo que podía saber si una persona mentía o no solo con estudiar sus expresiones faciales. Los ojos, la boca, las cejas… todo eran pistas que leer para llegar a una respuesta. El póker es algo parecido. Los contrincantes se estudian unos a otros, buscando tics, manías, gestos que delaten si el jugador tiene una buena mano, si es mala o si se está marcando un farol.

El programa de Bobby también analizaba los patrones de los jugadores, buscando tics, señales que delataran la mano de cada participante. He de decir que era bastante bueno. Y me refiero al programa y al Cowboy.

Sonreía continuamente, como si supiera que iba a ganar de antemano, como si todas sus cartas fueran buenas. Era un engreído prepotente que sabía que tenía los medios para desplumar a sus oponentes. Basta con apostar cuando tienes buenas cartas y no hacerlo cuando las tienes malas. Mis ojos buscaron incansablemente, hasta que encontré algo…


Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora