CAPITULO 17

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JungKook

Cuando entré en la habitación, lo primero que hice fue buscar a TaeHyung, pero no estaba. Por un momento pensé que me había desobedecido, que había salido de la habitación. Pero el sonido del agua corriendo me dijo que podía estar en la ducha. Ahora bien, eso no quería decir que realmente estuviese allí. Hacía tiempo que aprendí a no dar las cosas por hecho. «Creí» no era un tiempo verbal que fuera conmigo. Así que me fui hacia el baño y abrí la puerta con cuidado. Encontré una toalla cerca de la ducha, un montón de ropa y el cuerpo de una persona al otro lado de la mampara de cristal esmerilado. No necesitaba verle la cara, ese culo era único. Aun así, la busqué. Su cabeza estaba apoyada contra los azulejos, como si pesara demasiado para que su delicado cuello sostuviese toda la carga. Entonces comprendí que fingía ser más fuerte de lo que en realidad era. Estaba asustado y podía entenderlo. Yo he crecido en este ambiente, convivo con el riesgo, aunque controlado. Él

había corrido tan lejos del peligro como había podido, y ahora lo estábamos obligando a plantarle cara. Y eso estaba pudiendo con él.

En silencio salí del baño, sin que él notara mi presencia y esperé en la habitación. Pasaron como diez minutos y salió por fin. Se sorprendió un poco al verme, pero no demasiado.

—¿Ya es la hora?

—No, tranquilo, todavía quedan diez minutos para irnos.

—¿Está todo controlado? —Sonreí y asentí. Controlado era una palabra que podía admitir, si hubiese dicho seguro ya no estaría tan convencido, no desde que el Cowboy había salido de su zona.

—Tenemos vigilado a todo el mundo y yo estaré siempre cerca. —Él asintió y se terminó de peinar el pelo húmedo. No quería decirlo en voz alta, pero nuestro numerito de antes y la reciente incursión en su ducha... No necesita mucha aclaración.

Cuando llegó el momento, revisé el pasillo y salimos de la habitación. Lo guie con una mano en la espalda, mientras conversábamos sobre lo que venía después.

—¿Estás listo ?

—Sí.

—Recuerda, si necesitas recurrir al reenganche, solo tienes que solicitarlo al croupier. Nosotros nos encargaremos de todo.

—De acuerdo. —Llegamos al salón, donde la mayoría de los jugadores ya estaban en sus mesas, incluido el Cowboy. Todo normal. Me dirigí a mi puesto de observador, encontrando alguna sonrisa por el camino y algún que otro ceño fruncido. Lo que no me gustó fue sentir cómo alguien se paraba a mi lado, y descubrir que era YoonGi.

—¿Novedades? —YoonGi reculó hacia la pared y yo lo seguí para darnos algo más de privacidad.

—El cabrón no fue a ninguna habitación.

—¿Qué? —Eso no encajaba.

—Se fue a las escaleras.

—¿Subió a nuestra planta?

—Salió veintisiete minutos después a la planta de la recepción.

—Demasiado tiempo para bajar doce pisos.

—Sabían que no hay cámaras de vigilancia en las escaleras, así que hay varias opciones. O subió hasta vuestra planta para ver en que habitación se metían ustedes o tuvo un encuentro clandestino. Bobby está revisando las cámaras de tu planta, para ver si en algún momento se abre la puerta, pero no aparece en ninguna de ellas. Pudo simplemente vigilar y descubrir que utilizaban también las escaleras y seguirlos a su planta o tener esa

reunión, e incluso ambas cosas.

—¿Revisaron las cámaras de las otras plantas? Alguien tiene que haber accedido a las escaleras en ese intervalo de tiempo.

—Sospechamos de un par de SUV en el aparcamiento. Sabemos que alguien salió del vehículo mientras este estaba parado frente a la entrada a la zona de ascensores, que sabes es la misma que la de las escaleras. El vehículo estaciona y después de un rato repite el proceso de forma inversa.

—No tiene pinta de ser algo improvisado.

—No, no la tiene.

—¿Sabemos de quién es el vehículo?

—Alquilado con un nombre falso. Bobby lo está buscando con las cámaras de la ciudad. —Sopesé las opciones y no me gustaba ninguna. Sabía lo que estaba pensando YoonGi, así que tan solo lo expresé en palabras.

—Tendremos que subir nuestras apuestas.

—¿Te acuerdas de Christopher Bang?

—Joder, sí. —Yo podía ser bueno blanqueando el dinero de las apuestas ilegales, pero YoonGi era el puñetero Aníbal haciendo planes.





TaeHyung

La partida fue bien, e incluso no me preocupó estar en la primera mesa que sacó sus tres finalistas. Lo que sí me desconcertó fue que JungKook no esperara a que el resto de las mesas terminaran. Estaba a mi lado casi antes de que mi culo dejara la silla.

—Tenemos planes, Sweety.

—¿Planes? —Lo miré a la cara, y me encontré con esa traviesa sonrisa suya, que hacía que se me erizase el pelo de la nuca.

—Confía en mí. —Joder, sabía que estaba interpretando un papel y que varios de los jugadores de mi mesa ya estaban con la antena puesta.

Me llevó hacia la salida, pero en vez de salir hacia los ascensores de la vez anterior, me llevó hacia una entrada en la que ponía «Solo personal autorizado». Caminamos por un pasillo muy iluminado, con poca gente, a todas luces personal del hotel. Nadie nos dijo nada, como si supieran quién era él y que era normal verlo por allí. Se paró frente un ascensor, pasó una tarjeta por el lector y las puertas se abrieron. Lo primero que noté, aparte de que el tamaño era menor a los del resto del hotel, era que el cuadro de mandos contenía apenas cinco botones. Pulsó el último y empezamos a elevarnos.

—¿Dónde vamos?

—La familia tiene una zona privada. Pasaremos la noche aquí.

—¿Mi habitación no es segura?

—Esta zona está siempre vigilada y así daremos un descanso al personal de vigilancia de tu habitación.

—Entiendo. —Llegamos a una planta que tenía una distribución y una decoración totalmente diferente al resto del hotel. En vez de seguir el pasillo frontal, fuimos a una puerta a la derecha. Esperamos un rato y un chasquido metálico sonó antes de que la puerta se abriera. La atravesamos y se cerró de nuevo. Para mi sorpresa, estábamos en otro pasillo, aunque más pequeño.

Avanzamos unos metros y nos detuvimos ante otra puerta. JungKook la abrió y me indicó que pasara. Sí que debía ser una zona segura, porque no se puso a revisar la habitación antes de entrar. Creo que mi boca se quedó atascada en el «Oh». Era como una gran

habitación, con una cama grande, una mesa con un servicio para cenar, acceso a una enorme terraza y un par de puertas.

—Ahí están el baño y un vestidor. Seguro que encontramos algún pijama para ti.

—Eh... espera. ¿Voy a dormir aquí?

—Vamos a dormir aquí. —Miré la habitación de nuevo, sí, era enorme, pero solo había una cama, UNA.

Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora