Capitulo 10

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TaeHyung

—¿Estás cómodo? —Miré a Bobby por enésima vez, si me preguntaba una vez más si estaba todo bien, le tiraba la silla a la cabeza.

—Lo estoy. ¿Tenemos imagen?

—Míralo tú mismo. —Rodé hasta el monitor donde vi el interior de un vehículo conducido por uno de los hombres de YoonGi y a otro de esos guardaespaldas sentado en el asiento del acompañante. JK iba en el asiento de detrás.

—Comprobando recepción de audio, ¿me recibes?

—¿Cuánto falta para llegar, Alexis?

—Seis minutos, señor.

—Bien, Sweety, tienes seis minutos para llenar mi cabeza de fantasías. ¿Nunca te han dicho que tienes una voz muy sexy?

—No, pero me han dicho que tengo un derechazo demoledor.

—Mmm, un chico malo. Cómo me pone eso. ¿Eres de los que se vuelven salvajes en la cama?

—Necesito que cuando llegues, te gires para darme una panorámica bien amplia. Cuando llegues a la mesa intenta ponerte en un lateral, donde la luz no dé de lleno en la cámara.

—Y mandón. ¿Eres de los que atan a sus amantes? Porque eso no lo he probado, pero creo que contigo me dejaría.

—Sí, sigue soñando.

—Está nervioso —me susurró Bobby.

—¿Qué?

—JK está nervioso. YoonGi aprieta los puños, JK bromea o habla de sexo.

—Entonces debe de estar asustado, porque está haciendo las dos cosas.

—¿Asustado? Ningún Min se asusta, créeme, eso no está en su diccionario.

—Pero has dicho...

—Nervioso, he dicho nervioso, no asustado. —Bien, un kamikaze acostumbrado al riesgo al que le gusta decir cosas picantes antes de entrar en acción, lo que me faltaba.

—¿Y los otros?

—¿Qué otros?

—Los otros Min, ya sabes, el padre y el otro hermano. ¿Qué hacen cuando se ponen nerviosos?

—A Yuri no he podido pillarle su tic, es difícil de leer.

—¿Y el otro hermano?

—NamJoon. Ese cabrón no se pone nervioso.

—¿No tienen ningún tic delatador?

—No, he dicho que no se pone nervioso. El tipo es un témpano de hielo. Ya puede explotar una maldita guerra delante de él que ni pestañea, ni suda, ni nada. Es Terminator.

—¿Eso crees?

—No lo creo, lo sé. —La imagen de la puerta abriéndose llamó nuestra atención, el juego había empezado. JK comenzó a caminar y pude vernos a nosotros mismos, aparcados no muy lejos. La furgoneta no llamaba mucho la atención, parecía algo destartalada, pero tampoco era una chatarra, al menos por fuera. La cámara apuntó hacia el otro lado de la calle, donde unos cuantos «donceles y mujeres» esperaban atraer algún cliente para la noche. Putas, ni más ni menos. No es que fueran un dechado de glamour, pero había peores en otros barrios. Estos al menos parecían... Ni siquiera sabía qué palabra ponerles. ¿Llamativos, aunque de una forma refinada? Sí, difícil encontrar la palabra, porque ni de broma eran elegantes.

—Estamos dentro. —La cámara insertada en uno de los botones de la chaqueta de JK nos daba la imagen de un restaurante ¿turco? Sí, podía ser. Su camino lo llevó por un pasillo, donde, pasados los baños, había una puerta que decía «privado». JK llamó y la puerta se abrió unos centímetros. El hombre al otro lado lo miró y JK puso un rollo de billetes de 100 delante de sus narices.

Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora