CAPÍTULO 60

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JungKook

Sí, lo sé, no estoy muy atento a la conversación que hay en la habitación, pero no puedo evitarlo. Estoy mirando a mi prometido con el bebé de YoonGi y JiMin en sus brazos y siento que mi corazón se derretir. ¡Mierda! Esa es la imagen más bonita que jamás he visto. TaeHyung con un bebé. No puedo evitar imaginar que algún día ese bebé sea el nuestro.

Con calma, JK, aún somos muy jóvenes y tenemos muchas «prácticas» que hacer. Pero no tengo dudas, mis hijos los voy a tener con él. Serán duros, tercos y rebeldes, como su padre, e inteligentes y guapos como su madre, y, sobre todo, espero que hereden su fuerza. Cualquiera puede conseguir unos buenos músculos a base de trabajo, pero la fuerza de TaeHyung viene de dentro y esa no todos pueden alcanzarla, hacen falta valor, determinación y perseverancia y, lo más importante, no rendirse; y mi Sweety es de los que pelea hasta el final.

Ahora le toca a mi madre sostener al bebé y puedo ver ese brillo en sus ojos. Nadie diría que es una abuela ya veterana, aunque si lo piensas, es la primera nieta y eso siempre es diferente. Los niños, al fin y al cabo, son más duros, sobre todo si son Min, pero una pequeña... hay que protegerla, porque... porque es nuestra y punto.

No envidio la vida que le espera a YoonGi, será un constante dolor de cabeza tener una hija, pero por otro lado... Me acerco a TaeHyung, que ha depositado a la pequeña en su cuna, y lo envuelvo en mis brazos por la espalda, apoyando la barbilla sobre su hombro. Sus manos me aferran los antebrazos y deposita un suave beso en mi mejilla.

—Es preciosa. —Sí, lo sé, todos los bebés lo son, pero ella lo es más por ser nuestra.

—Tiene el genio Min. ¿Has escuchado cómo gritaba antes de que le dieran de comer?

—Una Min, tan pequeña y con ese genio...

—Solo tenía hambre —intenta disculparla TaeHyung.

—Hay maneras de pedirlo y ella lo exige. Pobre YoonGi, va a tenerlo comiendo de su mano el resto de su vida.

—Él no va a fallarle. —Puedo sentir el dolor de sus palabras.

Su padre lo metió en un buen lío por su propia avaricia y terminó pagando con su vida, pero lo peor fue dejarlo solo. YoonGi no hará eso nunca, ningún Min lo haría. Y si ocurre una desgracia, tendrá a toda la familia para cuidar de ella. Nunca estará sola o desprotegida. Esa es mi promesa, la promesa de todos y cada uno de los que estamos allí. Porque somos una familia y somos Min. Y pisaremos al que se atreva a amenazarlo.



YoonGi

No puedo dejar de mirarla. Es imposible. La familia hacía rato que nos dejó solos, porque mi pobre JiMin no podía seguir luchando contra el agotamiento. Mi guerrero estaba dormido y por eso yo estaba desobedeciendo todas las recomendaciones y tenía en mis brazos a mi pequeña Tasha. Tres kilos y ciento treinta y cinco gramos de puro genio Min.

Sí, la estaba mal acostumbrando, pero es que no podía dejar de sostenerla entre mis manos y admirar la preciosa vida que JiMin y yo habíamos creado juntos. Tenía su boca, su pelo, pero sus ojos... No se puede negar que es mi hija. Sus ojos gatunos estaban oscuros, pero eran de un indiscutible azul. Ojos Min. ¡Ja! Pueden cambiar con el tiempo, tal vez, pero ese carácter... Salió gritando del útero de su madre y no calló hasta que estuvo mamando de su pecho. La enfermera me mostró lo que tenía que hacer para sacarle los gases y juro que nunca estuve más orgulloso que cuando mi pequeña soltó aquel eructo. Toda una campeona, sí, señor.

Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora