CAPITULO 35

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JungKook

El cabrón de YoonGi nos metió a hurtadillas en uno de los salones, donde se estaba oficiando una boda. No necesitábamos preguntar nada, todos sabíamos por qué estábamos allí. No es que fuera lo más apropiado esconderse en una de las esquinas entre las sombras como si fuéramos ladrones, pero era lo que había. No sé si Baeky y podría vernos bien a todos, pero su sonrisa se amplió cuando miró hacia nosotros. No éramos un grupo pequeño pero estábamos tan apretados que era difícil calcular cuántas personas había sin acercarse un poco más. En total, estábamos papá, mamá, sus cuatro hijos, mi cuñado HoSeok,

JiMin y a TaeHyung lo tenía bien sujeto entre mis brazos. Miré a YoonGi, que abrazaba a JiMin desde la parte posterior, con sus manos entrelazadas sobre mi futuro sobrino, igual a como yo sostenía a TaeHyung, bueno, salvo por lo de la sorpresa dentro de su vientre.

Era hermoso saber que estabas con quien querías compartir tu vida y además saber que no lo iban a hacer solos, sino con una familia que estaba creciendo. Compartir algo tan definitivo como un hijo. Los sentimientos pueden cambiar con el tiempo, pero un hijo era el resultado de un momento muy especial entre dos personas que se quieren, o al menos así debería ser.

—Pueden besarse.

—¡Oh, dios! Qué bonito.

—EunHa, empieza a mover el culo. Tenemos que irnos.

—Pero....

—Luego tendrás tu oportunidad para más azúcar, ahora muévete y no hagas ruido. —Salimos con celeridad y YoonGi cerró la puerta al último.

—Bien, familia. Ahora vayan subiendo a la planta 22, a la suite 2201.

—¿Más sorpresas?

—EunHa deja de preguntar y mueve ese culo. HoSeok, azuza el trasero de tu mujer, o lo haré yo. —Escuché un «¡zas!» y un «¡eh!» seguido de risitas y supe que HoSeok había cumplido la orden de YoonGi. Nos metimos todos en el ascensor de servicio y en menos de tres minutos ya estábamos dentro de una suite con un servicio completo de cena para once, con tarta de novios y champán incluidos.

—No se te ha escapado nada, hermano.

—Faltan los novios, pero espero que eso cambie pronto. —Quince minutos después, un aviso de mensaje alertó a YoonGi. Sonrió y volvió a meter el teléfono en el bolsillo.

—Bueno, es el momento de aplazar la luna de miel de esos dos tortolitos. —Un minuto después, unos sorprendidos Baeky y Chan estaban siendo abrazados y besados por varios Min. Seguro que no recordarán todos los nombres que les dimos, pero estar allí ya era suficiente. Cuando nos conocimos un poco mejor, nos sentamos alrededor de la gran mesa y empezamos a comer de aquel banquete.

No me malinterpreten, pero creo que las bodas deberían ser así siempre, solo la gente imprescindible, solo aquellos que te quieren y que realmente siempre estarán allí para ti, para los novios, la auténtica familia y amigos.

La noche estuvo bien, contando anécdotas de nuestra familia, recordando al tío YoonGi, sobre todo, pero lo mejor, fue ver sonreír a papá y a NamJoon. Ojalá pudiesen estar siempre así de felices y relajados. Aunque sé que no podía ser así, al menos deseé que tuviesen motivos para hacerlo más a menudo.



TaeHyung

Es raro sentir que estás dormido, pero notar que se te congela el trasero y que además te mueves sin estar moviéndote. Sí, lo sé, suena raro, pero era así. Parpadeé varias veces hasta entreabrir los ojos y vi porqué estaba sintiendo todo aquello. Había varios espejos a mí alrededor y un siseo me hizo girar la cabeza, para ver las puertas del ascensor cerrándose. ¡Vaya! Estaba en brazos de Kook, haciéndole cargar con mi peso cuando seguramente no tenía muchas energías para hacerlo. Intenté ponerme en pie, pero me lo impidió apretándome un poco más contra su pecho.

—Sssshhh, ya estamos llegando.

—Me quedé dormido en el coche.

—¿Qué te dio la pista?

—Muy gracioso. Bájame. —En ese instante el ascensor se detuvo en nuestra planta y él dejó que una pequeña risa vibrara en su pecho.

—Unos metros más no van a matarme y a ti esos zapatos te están destrozando los pies.

—Yo no he dicho...

—Tengo ojos, Sweety. —Cuando llegamos a la puerta del apartamento, Kook comprendió que necesitaba una mano libre para poder acceder a las llaves y abrir la puerta. Así que finalmente aceptó mi orden y me bajó.

Mientras él abría, yo me quité los zapatos que no eran tan incómodos, sólo un poco ajustados y yo era de andar en chanclas; dejé que mis pies descalzos me metieran dentro de casa con alivio. Escuché la puerta cerrarse a mi espalda y, segundos después, el brazo de Kook se envolvió en mi cintura para pegarme a su costado mientras caminábamos a nuestra habitación. Nos detuvo frente a la cama y yo solté un pesado suspiro. Estaba agotado y no podía ni imaginar de dónde sacaba las energías mi chico.

—Deja que te ayude con esa complicada camisa que escogiste, date la vuelta. —Le di la espalda y dejé que sus manos hábiles deslizaran la cremallera hacia abajo. Sus dedos acariciaron mis brazos mientras ascendían hacia mis hombros. Por instinto ladeé mi cuello, porque sabía que su boca asaltaría aquel lugar. Antes de sentir su beso sobre mi piel, algo pesado cayó sobre mi esternón. Mis dedos instintivamente fueron a tocarlo, notando que era algo frío y pequeño.

—Llevo todo el día con esto metido en el bolsillo, esperando el momento oportuno para ponerlo en el lugar que le corresponde, pero... no me pareció oportuno quitarles su momento a los novios.

—¿Qué es? —Me tomó de la mano y me llevó hasta el espejo del baño. Se situó detrás de mí mientras me acariciaba la oreja con sus labios.

—Busqué algo que fuera perfecto, algo que dijera «es el chico de Min JungKook», algo que mostrase lo importante que eres para mí. Y encontré esto. Una representación de mi corazón, custodiado por mi ángel.

—Es...es precioso.

—No, TaeHyung, tú eres precioso, esto solo es un símbolo que te protegerá de los que sean tan estúpidos como para intentar lastimarte. A la vez, les dirá a todos que he entregado mi corazón. Si llevas esto les dirás a todos que me perteneces, pero si es demasiado para ti, o un día cambias de opinión, bastará con quitártelo y serás libre de nuevo.

—Suena a algo más serio que vivir juntos.

—Suena a que eres muy importante para mí y que estoy compartiendo esa información con el resto del mundo. Solo hay una cosa más vinculante que esto y es poner mi apellido junto a tu nombre.

—¿Estás seguro de esto?

—Nadie me obliga a hacer nada que no quiera, no me lanzo al agua si tengo dudas. Si he llegado hasta aquí es porque estoy seguro. Ahora dime, ¿lo llevarás siempre o lo devolvemos a su estuche hasta que te sientas más...?

—Lo llevaré siempre. —Kook sonrió y empezó a besarme suavemente.

—Bien. Ahora será mejor que nos quitemos la ropa, nos metamos en la cama y durmamos un poco. Cuando recupere las fuerzas formalizaremos este contrato como deber ser.

—¿Me vas a hacer firmar un contrato?

—Oh, sí. Pondré a trabajar mi pluma con tu tintero y me pasaré un buen rato poniendo firmas.

Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora