CAPÍTULO 59

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YoonGi

Estos últimos meses han sido de lo más tranquilos, al menos para JiMin y para el resto de las mamis Min. Tuvimos que ponerlos al corriente de lo ocurrido, aunque sin especificar todo, claro. Hay cosas que, por mucho que quieras decir, es mejor mantenerlas en secreto. Solo los hombres Min debían saberlo, porque los secretos dejan de ser secretos cuando los conoce más de una persona. Y ya éramos cuatro, bueno, casi cinco, porque de todo el personal implicado, Bobby es lo suficientemente inteligente y estuvo tan presente en el proceso, que dudo que no sepa todo lo que movimos para conseguir nuestro objetivo.

Con Bloom fuera del mapa, el FBI se mantenía a una buena distancia de nosotros. La rata de Leo estaba donde le correspondía, en las alcantarillas. Sí, lo sé, dije que los donceles y mujeres merecen nuestro respeto, pero también dije que había serpientes con piel de doncel y estaba claro que Leo era una de ellas. NamJoon realmente había sufrido por aquel golpe. ¿Cómo era esa frase? Durmiendo con su enemigo. Pues NamJoon lo había hecho. No quiso contarnos lo que había hecho con él, tan solo que lo sacó de nuestras vidas y tampoco el resto de la familia se quiso entrometer. Leo era algo que tenía que solucionar por sí mismo y nosotros lo respetábamos.

Ojalá NamJoon encontrara a alguien que curase sus heridas, alguien que le hiciera reír de nuevo, como cuando éramos más jóvenes. Pero sé que no es suficiente con desearlo o buscarlo, simplemente te golpea, como a mí. JiMin cambió mi mundo y, aunque me haga débil, al mismo tiempo me hace más fuerte y no tengo otra opción que amarlo por eso.

Mi dormilón JiMin es... ¡Eh! ¿Dónde está? Mi brazo palpa la cama, notando su lugar vacío y frío, alzo la cabeza buscándolo en la habitación, pero no hay rastro de él. Un ahogado gemido de dolor sale del baño y, como si algo quemara mi trasero, salto de la cama para llegar hasta allí. Mi JiMin está junto a lavabo, aferrándose la panza con una de sus manos y la otra clavada sobre el espejo.

—¿Qué... qué te ocurre? —Su rostro se levanta hacia mí y fue como si me clavase un cuchillo de carnicero en las entrañas. Esa mirada da miedo, auténtico miedo y creo que quiere transmitir «¿tú qué crees, imbécil?», pero tiene la boca contraída, hasta que al fin unas palabras se escapan entre sus dientes.

—Ya viene.

—No, no, no puede ser. Aún falta una semana.

—Tu hija ha decidido que va a ser ahora. Es una Min, intenta decirle que no.

—¡Joder, joder! —Una de las manos de JiMin se aferra a la mano que le tiendo y noto como me comprime los huesos. ¡Mierda! Duele, pero no por la mano, sino por verlo soportar tanto sufrimiento—. Bien, lo tengo todo previsto. Avisaré a Sam y SeokJin y te llevaremos al hospital como un rayo. — Siento la mirada asesina nuevamente en mí. ¿Qué he hecho mal? El plan es... y entonces me doy cuenta. Es demasiado pronto, ni Sam ni SeokJin han llegado aún, solo está el equipo de seguridad nocturno en el perímetro exterior. Estoy solo en esto. Siento un dolor opresivo que vuelve a deformarme la mano. Nos hemos parado. Sí, no sé cómo, estamos en medio de la habitación.

—YoonGi...

—Lo sé cariño, lo sé. —Lo siento sobre la cama, corro al vestidor y salgo de él con un camisón suelto y unas chanclas mientras me pongo unas deportivas. Miro hacia JiMin y me encuentro un charco de agua bajo su trasero y líquido resbalando por sus piernas.—¡Mierda!

—He roto fuente. —Salgo disparado para el baño, cojo una toalla y llego a tiempo para secarlo, después de quitarle la mojada camiseta con la que estaba durmiendo. No pregunten, algo relacionado con pezones sensibles y el suave algodón de mis camisetas.

Min's Family (KT) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora